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El Reino de Dios ya está presente
El Reino de Dios no es solo una promesa futura, sino una realidad presente que Jesús inauguró durante Su ministerio terrenal. La palabra griega para Reino, basileía, se refiere al gobierno, autoridad y soberanía de Dios sobre todas las cosas. Cuando Jesús dice que el Reino de Dios está cerca (en griego, engizō), está proclamando que la presencia de Dios ya está entre nosotros, actuando en el mundo y transformando vidas.
La llegada del Reino exige una respuesta: arrepentimiento y fe. La palabra griega para arrepentimiento, metanoeō, significa cambiar de mente, actitud y dirección. Arrepentirse no es solo sentir remordimiento, sino una transformación completa de la manera de vivir. Creer (en griego, pisteuō) es confiar plenamente en las buenas nuevas del evangelio: el hecho de que Dios, a través de Jesús, está restaurando todas las cosas.
Como ciudadanos del Reino, estamos llamados a vivir bajo la autoridad de Dios, reconociendo su gobierno en nuestras vidas y en el mundo. Aunque esperamos la plena manifestación del Reino, ya experimentamos su realidad al vivir los valores del evangelio: justicia, amor, misericordia y verdad. Somos agentes del Reino, compartiendo las buenas nuevas y viviendo como representantes del Rey Jesús.
El llamado al arrepentimiento y a la fe es continuo. Cada día somos invitados a alinearnos más con el Reino de Dios, permitiendo que Él transforme nuestro carácter y nos use como instrumentos de Su voluntad en el mundo.
Scripture
About this Plan
La misión de Dios es la expresión de Su propósito eterno para la creación, especialmente para la humanidad. Desde la caída del hombre, Dios ha trabajado en la historia para redimir y restaurar la relación rota entre Él y la humanidad. La misión de Dios, o Missio Dei, se centra en devolver todas las cosas a la armonía con Su voluntad, y la Iglesia está llamada a ser la principal heredera y colaboradora en esta misión divina.
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