Matrimonio IndivisibleMuestra

Tus acciones importan

Uno de los errores más comunes que cometemos en el matrimonio es creer que podemos hacer lo que queramos mientras “no afecte a nadie”. Pero una vez que estamos casados, ya no somos dos, sino uno solo, y cada acción individual tiene un impacto directo en nuestra pareja y en nuestra familia.

Por eso es esencial cuidar que nuestras acciones, actividades y hábitos no afecten negativamente la unidad del matrimonio ni la estabilidad de nuestra familia. La buena noticia es que, así como somos libres para hacer lo que no conviene, también somos libres para elegir lo que edifica, lo que trae unidad y lo que fortalece nuestro hogar.

A través de nuestra experiencia y la de muchos matrimonios a los que hemos acompañado, hemos notado que hay ciertos comportamientos que pueden construir muros de división poco a poco, hasta separar por completo a la pareja.

• Adicciones a drogas, alcohol, juegos o pornografía
• Hobbies que consumen demasiados recursos
• Consumo excesivo de redes sociales y plataformas de contenidos
• Pasividad en nuestros roles
• Trabajo excesivo
• Agresiones
• Actividades ministeriales diarias
• Micro-infidelidades
• Etc.

“Ustedes dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo les conviene. Dicen: ‘Se me permite hacer cualquier cosa’, pero no todo trae beneficio" (1 Corintios 10:23 NTV).

¿Qué estás haciendo que no está beneficiando tu matrimonio?

Abandonando acciones que destruyen

Aferrarse a hábitos o actitudes que ya sabemos que dañan la relación, es necedad. Podemos justificarlos como queramos, pero si están dividiendo, no valen la pena.

“La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el Señor" (Proverbios 19:3 NTV).

Si tu pareja ha estado señalando algo en ti constantemente, detente y escucha con humildad. Tal vez el problema no es su queja… sino tu obstinación. Recuerda: no es momento de seguir prometiendo cambios, es momento de actuar.

Reflexión para hoy

• ¿Qué acciones tuyas han estado dividiendo tu matrimonio?
• ¿Qué medidas concretas puedes tomar hoy para eliminar lo que lo está dañando?
• ¿Qué hábitos nuevos puedes empezar a construir que beneficien a tu relación?
• ¿Estás dispuesto(a) a dejar de levantar muros y empezar a edificar puentes?

Pide al Espíritu Santo que te dé el poder y la sabiduría para decirle “no” a todo lo que divide y “sí” a todo lo que une. No sigas postergando lo que ya sabes que necesitas cambiar. Tu matrimonio vale cada esfuerzo.

No sigas levantando muros… ¡Comienza a derribarlos!