Versículos más leídos de la Biblia Isaías 60

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Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti.

Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.

Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el SEÑOR, y sobre ti aparecerá su gloria.

El más pequeño llegará a ser un millar, y el más insignificante una nación poderosa. Yo, el SEÑOR, a su tiempo lo apresuraré.

Ya el sol no será para ti luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que tendrás al SEÑOR por luz eterna, y a tu Dios por tu gloria.

Nunca más se pondrá tu sol, ni menguará tu luna, porque tendrás al SEÑOR por luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto.

Entonces lo verás y resplandecerás, y se estremecerá y se regocijará tu corazón, porque vendrá sobre ti la abundancia del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti.

¶Levanta tus ojos en derredor y mira: todos se reúnen, vienen a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.

Entonces todos los de tu pueblo serán justos; para siempre poseerán la tierra, vástago de mi plantío, obra de mis manos, para que yo me glorifique.

No se oirá hablar más de violencia en tu tierra, ni de desolación, ni de destrucción dentro de tus límites; sino que llamarás a tus murallas salvación y a tus puertas alabanza.

Tus puertas estarán abiertas de continuo; ni de día ni de noche se cerrarán, para que te traigan las riquezas de las naciones, con sus reyes llevados en procesión.

Una multitud de camellos te cubrirá, camellos jóvenes de Madián y de Efa; todos los de Sabá vendrán, traerán oro e incienso, y traerán buenas nuevas de las alabanzas del SEÑOR.

¶Extranjeros edificarán tus murallas, y sus reyes te servirán; porque en mi furor te herí, pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti.

¶Por cuanto tú estabas abandonada y aborrecida, sin que nadie pasara por ti, haré de ti gloria eterna, gozo de generación en generación.

Y mamarás la leche de las naciones, al pecho de los reyes mamarás; entonces sabrás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.