No por nuestra habilidad, se trata de Dios Muestra
Condición penosa
La siguiente lección, la cuarta, surge de la condición penosa en que se encontraba Jacob. Se nos muestra aquí la inestabilidad de Jacob, el engañador, el maquinador. Parece ser, que después de que hubo clamado a Dios, volvió a descender al valle de la desesperación y a redundar en sus aflicciones. Volvió a fijar la mirada en su hermano Esaú y tuvo miedo de perder la vida. Resulta muy interesante la cantidad de presentes que dispuso, para que sus siervos entregaran a Esaú, en caso de encontrarse con él. Una condición penosa en la que seguía operando, pues todavía trataba de hacer las cosas solo, a su manera, sin contar con Dios de la manera correcta. Aun después de haber expresado ese tremendo clamor penitente, dividió las ovejas, las cabras y todos sus bienes. Luego dijo a sus siervos que fueran delante de él y le dijeran a Esaú que los animales eran un regalo de parte de su hermano. ¡Siempre planificando!
Detente un momento y piensa en tu propia vida. ¿En cuántas ocasiones, luego de clamar a Dios, de reconocerle como Dios, de reconocer tu propia indignidad y de rogar pidiendo liberación, regresas a tu manera de operar, a tus maquinaciones? Este es un formato que tiene la tendencia de ser repetida por aquellos que son como Jacob.
Esta situación, casi puede considerarse el umbral de la transformación real de Jacob. Aún se aferraba a sus propios planes y maquinaciones, sin soltar su mano de ellos.
¿Puedes imaginar lo que pensaban sus siervos? ¿No había dicho Jacob que una hueste de ángeles acampaba a su alrededor? ¿No dijo que Dios les iba a cuidar? ¿Por qué entonces tanta planificación? ¿Para qué inquietarse? ¿Por qué toda esa visible frustración? ¡Sus labios dicen una cosa y su vida dice algo totalmente diferente!
Debes tomar conciencia, en cuanto a que Dios seguirá insistiendo una y otra vez, hasta que abandones tus planes, que dejes de actuar con tu propia fuerza para alcanzar tus propósitos. ¡Es necesario que aprendas a soltar las riendas y te rindas ante Dios para que Él haga las cosas!
Escrituras
Acerca de este Plan
Aunque Jacob oró pidiendo ser librado de su hermano Esaú, en realidad lo que necesitaba era ser liberado de sí mismo. La mayor liberación que experimentarás del mayor enemigo que tienes, es la de ser librado de ti mismo. En este devocional podremos meditar en lo profundo de esta verdad en nuestras vidas.
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Nos gustaría agradecer a José Jordán en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.palabradevida.org.ar y www.elcentronetwork.com