Libre en Cristo Muestra
La liberación en Cristo es agradable y es ahora
En un brevísimo resumen del plan de la salvación, Cristo anticipó en el inicio de su ministerio, en la sinagoga de Nazaret. Era un sábado, pero no uno más. Entró en la asamblea, pidió leer las Escrituras, se le dio el rollo del profeta Isaías, para que lo haga y buscando el texto comenzó. «El Espíritu de Dios está sobre mí, Por cuanto me ha ungido… Me ha enviado a sanar… A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor… Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros».
Imaginando esta escena en nuestra mente, vemos una cantidad de ancianos respetables, reunidos en un solemne día de reposo, cumpliendo con la Ley. De pronto entra Jesús, cuya presencia, precedida por su fama, jamás pasaría desapercibida. Lee un texto, que seguramente habrían oído varias veces, en pasados sábados de rutina religiosa, pero ahora las palabras se personalizan en quien las lee. Jesús se apropia de ellas, retumban las frases. Pareciera que cuando lee «…está sobre mí» se señalara con el dedo. «Me ha ungido… me ha enviado…» ¿Quién? El Señor mismo que está aquí, conmigo.
Termina la lectura y las miradas de se clavan en Él, mientras un silencio llena el ambiente, hasta que se corta con la voz del Señor al decir: «Hoy, no mañana o más tarde, se ha cumplido», por tanto no hay que esperar nada más. ¿Qué se cumplió? Esta Escritura, la que se acaba de leer, delante de vosotros. ¿Quién estaba delante de ellos? Pues claro, Jesucristo mismo. Volviendo al texto bíblico, habrás notado, para qué vino el Señor y cómo se relacionan sus anuncios con el tema de este devocional. Jesús fue ungido y enviado para cumplir su misión, para:
- Sanar a los quebrantados de corazón, quienes en su estado, no tienen libertad para planificar un futuro, ni para entender su presente. Cualquier médico te dirá que con un corazón quebrado no se puede vivir.
- Pregonar libertad a los cautivos, para que sepan que los lazos que los retienen se pueden quitar con el poder de Dios.
- Dar vista a los ciegos, que no son libres para ver las maravillas de Dios. La ceguera es un encierro en uno mismo, tanto la física como la espiritual. Así no se puede reconocer a Dios.
- Poner en libertad a los oprimidos, quitando pesados yugos, que debido a circunstancias o pecados, los mantienen en esclavitud por tanto tiempo.
- Predicar el año agradable del Señor, porque el Señor está dispuesto a dar esta libertad tan deseada.
Habrás notado tal vez, como la obra de liberación del Señor, abarca los tres tipos de libertad que anteriormente habíamos mencionado, tanto la libertad física, la mental como la espiritual.
Escrituras
Acerca de este Plan
La libertad es una de esas cosas que no se valoran hasta que se pierden y como la mayoría de nosotros jamás estuvo preso, no conoce otra vida que la de fuera de la cárcel y entonces solo entendemos en parte la bendición que la libertad representa.
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Nos gustaría agradecer a José Jordán en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.palabradevida.org.ar y www.elcentronetwork.com