Todos estamos liderando a alguienMuestra

Escucha las indicaciones del Espíritu Santo en tu interior

Tenemos que cotejar la dirección recibida con la Biblia, y luego revisar las señales internas. Una señal interna es escuchar la voz del Espíritu Santo dirigiendo un movimiento sostenido en tu corazón que te enfoca a honrar a Dios.

Él es el consejero del alma de todo líder, incluso sin cita previa. Él es el Espíritu del Dios viviente trabajando en nosotros. Debemos aprender a rendirnos a su voz y afinar nuestro oído a su dirección, pidiéndole claridad en lugar de suprimir cualquier señal interna que traiga. Hay mucho que pende de nuestro liderazgo como para ignorar las indicaciones del Espíritu. En lugar de sofocar su dirección, ¡deberíamos estar pidiendo más!

Espero que no pienses que estas cosas solo son para los líderes de la iglesia. No lo son. Son para cada seguidor de Cristo, sin importar la esfera en la que lideren. No existe línea de demarcación que separe al líder sagrado del líder secular. Pasar tiempo con Dios, conocer y obedecer su Palabra y aprender a confiar en las señales espirituales internas no son lujos para individuos con un estilo de vida pastoral. Cada líder, padre o empleado debe estar pasando tiempo con Dios si es que él o ella espera descubrir hacia dónde los está guiando a ellos y a su equipo. ¿Qué te imaginas que podría hacer Dios con tu negocio o con tu familia, si intencionalmente pasaras tiempo con Él buscando su sabiduría y su camino?

Dios con frecuencia está más interesado en la jornada que en el destino, a medida que nos guía y le da forma a nuestro carácter. Vas a cometer errores y a entender mal algunas veces. Yo igual. No te recrimines. He llegado a descansar como líder por medio de valorar los momentos en los que confío en Dios y le obedezco, sabiendo incluso en mis tropiezos que estoy fortaleciéndome. Si mi meta máxima es siempre tener la razón, ¡estoy en problemas!

Nos imaginamos el fin o el objetivo como una línea gloriosa de meta donde espera un trofeo con nuestro nombre grabado, pero Dios está más interesado en el proceso. Ya se encargó del fin. Está asegurado. Más bien, lo que le interesa es si lo vamos a honrar y glorificar a lo largo del camino. Como le gusta decir a John Maxwell, si vas a fallar (y lo harás) «falla hacia adelante». Muévete hacia Él, incluso cuando tropieces.