Todos estamos liderando a alguienMuestra

Puertas abiertas y cerradas: último punto de control

Además de pasar tiempo a solas con Dios, y cotejar la dirección recibida con la Palabra de Dios y las señales internas, el líder debe estar atento a lo que le indican las puertas. Si vas al frente del equipo vas a llegar primero al umbral de una puerta. Tu trabajo es discernir si la puerta es para ti; ya sea que se esté abriendo o cerrando. Si estás andando en el camino correcto, vas a encontrar puertas que se abren de par en par, y puertas que se cierran de golpe. Estas puertas son direcciones; son la manera en la que Dios nos guía y representan su gracia a medida que desarrolla la narrativa de nuestra jornada. Pero ya sea que las puertas que el líder encuentre estén abiertas o cerradas, cada camino de Dios siempre termina con el líder gloriándose en la bondad de Dios. Ya que Dios es quien abre y cierra puertas, no nosotros.

Cuando una puerta se cierre en tu camino, siéntete libre de llamar a ella en oración, pero por favor no la tires a patadas. No eres un ladrón buscando allanar una casa cerrada. Eres un hijo de Dios que está tratando de discernir la dirección de tu Padre celestial. Acepta tanto las puertas cerradas como las abiertas como guía. Si has pasado tiempo con Él, has estado honrando su Palabra y si tus señales internas te han llevado a la puerta actual, entonces descansa en Él. El Señor está trabajando y tiene en sus manos la llave maestra.

La Palabra de Dios... las señales internas personales... las puertas cerradas y abiertas... estos son los puntos de control en el sendero del líder para conocer la voluntad de Dios. Cuando el siguiente paso de su voluntad se vuelva claro, ¿qué hay que hacer?