Llamados a la comunión con CristoMuestra

Dios es capaz de cumplir lo que ha dicho

Se edifica sobre la omnisuficiencia de su poder; sea lo que sea que ha prometido a su pueblo, tiene la capacidad de llevarlo a cabo. Los hombres a veces falsifican sus promesas, porque no tienen la habilidad de llevarlas a cabo. Dios, nunca promete lo que no cumple; si determina obrar, nadie se lo puede impedir. Puede hacer cualquier cosa que le place hacer. La santidad de su naturaleza lo compromete, y lo ilimitado de su poder lo capacita para ser fiel.

La gloria y honra de su nombre nos da seguridad en cuanto a su fidelidad, en que cumplirá las promesas, y todo el bien que las promesas contienen, aun en el más mínimo detalle; porque dondequiera uno encuentra una promesa de Dios, también encuentra el nombre y la honra de Dios presentados como una garantía de que será llevada a cabo; y por eso su nombre siempre ha sido presentado a Él por su pueblo como un poderoso argumento para que obre a favor de ellos. «¿Qué harás tú a tu gran nombre?». Es como decirle, Señor, tu honor vale mil veces más que nuestras vidas, no importa que llegue a ser de nosotros; pero, oh Señor, es infinitamente más importante que la gloria de tu nombre sea asegurado, y que tu fidelidad permanezca pura y sin mancha en este mundo. También en Éxodo 32, encontramos una declaración similar. En otras palabras, Moisés dice, sería triste que las manos de los egipcios cayeran sobre tu pueblo, pero mucho peor que las lenguas de los egipcios cayeran sobre tu nombre.

La inmutabilidad de su propósito, nos da la más completa seguridad de su fidelidad a los planes, tal como Dios mismo lo declara en Malaquías 3, «Porque yo Jehová, no cambio; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos». La inmutabilidad de Dios es la indemnización de su pueblo, y la mejor seguridad en medio de la incertidumbre, es la fidelidad de su Palabra y la inmutabilidad de su propósito. Lo que da firmeza a los planes de Dios, debe dar también firmeza a nuestras expectativas de que se cumplirán, pues estos se derivan del propósito eterno que hizo con su Hijo Eterno y garantizado por la sangre del pacto eterno. 

Qué bendita certeza tenemos todos los redimidos, para orar confiadamente al Dios de toda gracia, que ha sido, es y será fiel para perdonar, proveer, proteger y preservar a sus hijos en medio de cualquier circunstancia, y por su misma fidelidad es poderoso para guardarlos sin caída y presentarlos sin mancha delante de su gloria con gran alegría, aunque tengan que padecer un poco de tiempo, el mismo se encargará de afirmarlos, perfeccionarlos, fortalecerlos y establecerlos para siempre en Cristo.