Misión apostólica del discipulado IIMuestra
Un discipulado pluricultural y transgeneracional
Mateo, escribía a los judíos, y su evangelio tiene claras características judías. Sin embargo, también escribía para los gentiles. Su evangelio, es un documento griego, aunque fue escrito para una comunidad judía que conocía el hebreo y también el griego. Mateo quería mostrar que los propósitos de salvación de Jesús son para todas las naciones. Eso, por supuesto, incluiría a los judíos, pero ya no como los recipientes exclusivos de la gracia de Dios. En efecto, Mateo es muy crítico de los judíos y de su rechazo de Jesús, y en especial de los líderes religiosos.
Entonces, los judíos convertidos a Cristo que leyeron este evangelio de Mateo, sintieron una verdadera tensión en su identidad. Aceptar que el evangelio era inclusivo, les habrá sido muy difícil. Pero Jesús, quería que la iglesia fuera inclusiva. Los discípulos serían «uno en Cristo Jesús», con una nueva identidad multicultural, relacionándose el uno con el otro, en un nuevo camino de aceptación como una sola familia.
La forma verbal clave de nuestro texto, en este aspecto es «bautizando». En su sentido gramatical, no se refiere a un rito, sino a una acción verbal. Apunta, no solamente a una nueva identidad para los discípulos como individuos, sino también como comunidad, pues iban a ser sumergidos en el conocimiento de la «Triunidad de Dios», la familia plena y divinidad perfecta, quienes tienen una comunión dinámica, inseparable, consustancial entre sí. De la misma forma, los elegidos por Dios, somos bautizados en Cristo como iglesia, una comunidad de personas, llamadas a reflejar el amor y la armonía perfecta de la «Triunidad». Una vez más tenemos la combinación de lo individual y lo comunitario. No es posible ser un discípulo solo; nos pertenecemos el uno al otro.
Pero más que eso, ser discípulo implica aprender cómo relacionarnos con gente diferente de nosotros, romper las barreras que nos separan y ser la comunidad reconciliada del pueblo de Dios. En este sentido, las «unidades homogéneas», que son mayormente monoculturales, son restrictivas y no una expresión completa de lo que significa ser la iglesia. Dios, pues, en su reino, crea una comunidad distintiva de hijos que se aman de un modo desconocido en el mundo.
Es propio entender que la misión en el reino no es simplemente construir edificios eclesiásticos, sino edificar iglesias apostólicas que sean un reflejo fiel de los valores del reino y que testifiquen el poder del evangelio para la reconciliación del uno con el otro. Eso significará desarrollar congregaciones abiertas, que den la bienvenida a los que no son como nosotros y se regocijen, con esas diferencias y con la manera en que Dios nos une en su amor.
Escrituras
Acerca de este Plan
Generalmente, nos hemos contentado solamente con el ganar adeptos a nuestras denominaciones, haciendo de ellos «hombres conversos». Necesitamos tener clara la importancia y urgencia de crear comunidades del reino, que sean un reflejo tan fiel como sea posible de la gloria del Dios; comunidades de amor, influyentes y trascendentes en la sociedad, para que traigamos al mundo la reconciliación y restauración de todas las cosas.
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Queremos agradecer a Basilio Patiño, director de la Red Ministerial Apostólica de REMA, en acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com