[Ahora es el momento: Lucas] Curso básico sobre el manejo del egoMuestra

¿Quién es el más importante? Curso básico sobre el manejo del ego

Al comenzar el capítulo nueve, Jesús reúne a los doce discípulos y los capacita de una forma que jamás hubieran imaginado. Él les da un gran poder y autoridad y los envía a un viaje que los llevaría de pueblo en pueblo, con la misión clara de servir a otros y proclamar el reino de Dios (v. 2). Jesús los estaba preparando para el trabajo posterior a su partida. Estaban siendo entrenados.

Ellos experimentan cómo el milagroso poder de Dios fluye en ellos. Están cargados sobrenaturalmente para predicar la Palabra de Dios y sanar a los enfermos. (¡Algo muy emocionante para un puñado de pescadores recién retirados!) Este poder aumentó su confianza, fe y, seguramente, sus egos. 

Los discípulos participan de la comida milagrosa a más de 5000 hombres hambrientos, milagro que realiza Jesús (vv. 14-16). Más tarde, se encuentran para conversar o tal vez para comparar historias. Quizás hablan entusiasmados unos con otros, del modo que lo hacen los escolares cuando están muy animados: todos al mismo tiempo, nadie dispuesto a oír, eventualmente serenándose un poco para escuchar cada relato. 

Las historias pueden haber sido exageradas o adaptadas y contadas de un modo parecido al suceso anterior, con egos que surgen al recordar los hechos. No podemos tener la certeza de cómo transcurrió la discusión, pero lo que sí sabemos es que eventualmente escaló a un nivel donde comenzaron a compararse unos con otros y a debatir quién era el más importante entre ellos (v. 46). 

Seamos honestos, este tipo de conversación todavía hoy sigue afectando a los seguidores de Cristo, especialmente a los líderes. Dios nos da un poder sobrenatural, a través de su Espíritu, para que hagamos cosas extraordinarias para su propósito. Cuando el poder de Dios actúa en nosotros, empiezan a ocurrir cosas milagrosas. Pero, si no tenemos cuidado, nuestro ego puede tomar control y nos encontraremos elevando nuestro rol en el relato. Segunda lección para manejar el ego, el poder viene de Dios, no es tuyo.

Reflexiona 

¿Cómo manejas el poder? ¿Pierdes de vista el hecho de que todo lo que eres capaz de lograr es por la gracia y el poder de Dios?

Responde 

Pregúntale a la gente que te rodea cuál es su sincera opinión acerca de cómo manejas el poder. Pídele a Dios que te ayude a hacer cambios, donde sea necesario. 

Ora 

Señor, gracias por elegirme para cumplir tu misión. Ayúdame a mantener siempre mi ego bajo control. Señor, tú nos has confiado poder; danos la sabiduría para utilizarlo.