[Ahora es el momento: Lucas] Curso básico sobre el manejo del egoMuestra

Reflejar la luz de Dios

Indudablemente, el tema al que aluden estos versículos es la luz, asunto universal con el cual todos nos podemos identificar. La palabra «luz», se define como «agente físico que hace visible los objetos». La luz es necesaria para poder ver las cosas con claridad: sin su presencia, estaríamos constantemente en las tinieblas. 

Jesús usó la analogía de los ojos, a los cuales él llamó «la lámpara del cuerpo». Se ha dicho que los ojos son la ventana del alma y que reflejan lo que hay dentro de cada persona. Jesús enfatizó la importancia de tener nuestros ojos llenos de luz; en otras palabras, quiso invitarnos a vivir una vida colmada de la luz de Dios. Así como la luz alumbra en las tinieblas, nuestra vida debe reflejar la luz de Cristo, en medio de la oscuridad, de la maldad y la injusticia. 

Cuarta lección sobre el manejo del ego, no olvidemos prestar mucha atención para evitar que tanto la maldad como el pecado contaminen y apaguen nuestra luz. Por ello, debemos protegernos de aquellas cosas que nos puedan alejar de Dios y opacar nuestro brillo. Cuando estamos enfocados en nuestro nombre en lugar del nombre de Cristo, podemos caer en los engaños del sistema de este mundo. Ten cuidado.

A medida que nos acercamos más a la luz de Dios, a través de su Palabra y la oración, nuestra vida se irá asemejando más a una lámpara de gran resplandor. Cuando vivimos una vida de comunión diaria con Jesús, podemos ser de gran impacto para aquellos que están confundidos o buscan una dirección espiritual en sus vidas.

Reflexiona 

¿Qué cosas están opacando la luz de Dios en mi vida? 

Responde 

Pídele a Dios que te ayude a vivir una vida que refleje su luz y que influya en otros, para que ellos también sean atraídos por la misma luz. 

Ora 

Señor, ayúdame a ser sensible a tu Palabra y a acercarme a ti, a través de una vida de comunión contigo. Te pido que alumbres mi vida con tu luz y que me ayudes a desechar las cosas que impiden que dicha luz brille en mí. Dios, ayúdame a ser luz, para así ser una bendición en la vida de otros.