[Ahora es el momento: Lucas] Curso básico sobre el manejo del egoMuestra
Mañana: ¡Qué palabra peligrosa!
¡Qué día peligroso cuando descubrimos la palabra «mañana»! Dicha expresión puede resultar en nunca o puede significar la eterna indecisión. ¿Cuántas cosas hemos dejado de hacer en la vida porque las íbamos a hacer mañana? Mañana, voy a escribir esa carta de agradecimiento y felicitación; mañana, voy a decirles a mis hijos cuánto los quiero; mañana, voy a expresar a mi cónyuge que soy inmensamente feliz con él; mañana, voy a decir a mis amigos que los quiero y que completan mi vida. Mañana, mañana, mañana… Y ese mañana, se transforma en nunca, porque relajamos nuestra disciplina humana, personal, fraternal y comunitaria.
Tampoco seamos demasiado existencialistas y afirmemos que lo único importante es el presente; ¡por supuesto que habrá un mañana! ¡Gracias a Dios! Pero eso no justifica posponer indefinidamente nuestras decisiones y, en particular, mi decisión frente a Jesucristo. Habrá un mañana, pero como un don de Dios en esperanza, no como una condición o un derecho adquirido. Habrá un mañana, pero como una invitación al seguimiento de Jesucristo y al servicio de los demás, no como una posibilidad de posponer indefinidamente nuestra participación en la vida plena.
El texto de hoy, Lucas 12:32-40, se divide naturalmente en varios temas. La primera parte es sumamente alentadora: «No tengan miedo…». Una vez más vemos el llamado a desprendernos de las seguridades materiales y confiar en Dios, es decir, esperar en su providencia, sin dejar de hacernos cargo de nuestras vidas. Una gran lección para el manejo del ego: confía en Dios, no en ti.
Luego, sigue una exhortación a estar muy atentos, como los criados que esperan a su Señor, con las lámparas encendidas para alumbrar el camino. A la vez, ese llamado, nos hace estar atentos para no ser sorprendidos por tantas cosas que nos quieren robar la vida y llevarse lo mejor de ella.
¿Somos parte de ese rebaño pequeño al que se le ha dado el Reino? Cuidado: no se es parte del rebaño por haber sido bautizado; ni por haber nacido en una familia cristiana; se pertenece cuando dejamos toda seguridad y esperanza en nuestras propias fuerzas o bienes materiales, borramos la palabra mañana y nos arrojamos a los brazos del Señor, quien nos ha mostrado su amor en Jesucristo. Después de haber hecho esto, debemos mantenernos vigilantes con nuestras lámparas encendidas, prontos a servir al Señor, donde él lo pida. Cuando aprendes a confiar en Dios, entonces te dispones a ir donde él te va a usar a su manera.
Reflexiona
«Pues donde esté la riqueza de ustedes, allí estará también su corazón». ¿Dónde está tu riqueza?
Responde
¿Te sientes hoy parte de ese rebaño pequeño o todavía lo estás pensando? Quizá mañana…
Ora
Señor, no permitas que me duerma en la rutina de mi vida espiritual: ¡Despiértame! Que tenga siempre mi lámpara encendida. ¡Gracias Señor porque mi relación contigo es un eterno hoy!
Escrituras
Acerca de este Plan
Este es el segundo de una serie de cuatro devocionales basados en el Evangelio de Lucas. Este plan abarca los capítulos 8 a 14 del Evangelio, toca temas importantes para aprender a manejar el ego. ¿Pierdes de vista el hecho de que todo lo que eres capaz de lograr es por la gracia y el poder de Dios? ¿Estás preocupado trabajando para Dios o estás descansando a sus pies?
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Agradecemos a American Bible Society y a El Centro Network por proporcionar este plan. Si desea conocer más sobre estas organizaciones, siga estos enlaces https://www.americanbible.org/ y https://elcentronetwork.com