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[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Lectio DivinaMuestra

[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Lectio Divina

DÍA 2 DE 7

Paso 1: Lectio (lectura de la Palabra de Dios) 

¿Cuántas veces nos pasa que no vemos la hora de terminar nuestras actividades para poder encontrarnos con nuestros amigos? Esperamos con ansias el reencuentro y pensamos en lo que no podemos olvidarnos de contarles o en lo que podríamos hacer juntos. Lo maravilloso de nuestra relación con Dios es que él está siempre con nosotros, nos acompaña a todas partes, vive en nuestros corazones y conoce la intimidad de nuestros pensamientos más profundos. 

Pero si nuestro deseo es el de crecer espiritualmente y conocer más a Dios, sin lugar a dudas la implementación de la lectio divina en nuestra vida espiritual será de beneficio. Pero aún así, quiero recordarte que la práctica de la lectio divina no es un fin en sí misma sino mas bien, un instrumento que nos permitirá crecer en nuestra relación con Dios. 

Piensa que los monjes benedictinos y cartujos preservan esta tradición desde tiempos patrísticos. Los cristianos dejaron esta práctica ya que durante el Medioevo eran muy pocos los que efectivamente podían leer la Biblia en latín (Vulgata). Solo quienes estudiaban latín tenían acceso a la Biblia: los sacerdotes y quienes se formaban en las universidades que surgieron en las catedrales el siglo XII.

Será recién en el siglo XX, que la iglesia comenzará a notar la necesidad de esta falta, y nace así la Biblia de Jerusalén. Benedicto XVI Ratzinger, llama a los cristianos a preservar la tradición de la lectio divina a través del documento Verbum Domini en el 2010 en el cual extiende un llamado al redescubrimiento de las Sagradas Escrituras y a la implementación de esta práctica espiritual.

Tienes el privilegio de vivir en un tiempo en que tienes acceso directo a la Palabra de Dios. En su Palabra, Dios mismo nos dice: «Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón. Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas» (Hebreos 4:12–13 DHH). 

Esto quiere decir que cuando yo leo la Biblia, el diálogo comienza. Dios me habla. Su Palabra tiene vida y poder, el mensaje escrito penetra hasta lo más profundo de mi ser. Al comenzar a leer, te invito a que lo hagas atentamente y meditando, pensando en cada palabra. Poco a poco y reflexivamente porque la Palabra penetra, se hunde en nosotros. 

Esta primera lectura tiene como objetivo ver qué me dice el texto. Es fundamental comprender que el diálogo es personal. Tengo que concentrarme en pensar qué es lo que Dios me está diciendo a mí. Es muy fácil irnos por las ramas y pensar en que lo que estoy leyendo le serviría a Marta, a Pedro o a Juan. En seguida vendrán a nuestros pensamientos otras personas, nuestros hijos, nuestro marido, nuestra esposa. Esto puede convertirse en un obstáculo en mi progresión, es por eso que debo concentrarme en que, en este momento, el diálogo es entre Dios y yo, nadie más.

Consejo práctico

El texto que escojas es muy importante. Recomendamos que comiences leyendo los Evangelios y los Salmos. Evita improvisar la lectura escogiendo textos al azar.  Ante cualquier duda, pide ayuda a tu párroco para que te guíe en la lectura de la Biblia.

Lee en voz alta. Recuerda que la Biblia nos enseña que la fe nace, viene al oír la Palabra de Cristo. Así que aun estando solo, es necesario que leas en voz alta.

A veces hay textos que nos resultan muy difíciles de comprender. Te animo a que hagas una lista de ellos en un diario de lectura y que regreses a ellos más tarde, en el mismo día o algunos meses después. Es posible que haya algo especial allí, algo que Dios quiere mostrarte pero que de alguna manera estás bloqueando.

Al realizar la lectura de hoy, sobre la tentación de Jesús, te invito a que comiences este camino. A que des el primer paso en esta escalera de progresión. Piensa, lee una y otra vez el texto. Deja que cada palabra escrita entre a tu corazón, deja que Dios te hable. Dios desea que crezcas espiritualmente y quiere hablarte a ti.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Lectio Divina

Claramente un diálogo es muy diferente de un monólogo. Muchas veces nuestra vida de oración y nuestro tiempo de lectura bíblica lo son, no hay comunicación y el diálogo es inexistente. Aprende cómo los padres de la iglesia de los primeros siglos aprendieron a dialogar con Dios a través de 5 pasos prácticos que cambiarán tu vida espiritual para siempre.

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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.americanbible.org/