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[Serie Máximo Gozo] Amor PerfectoMuestra

[Serie Máximo Gozo] Amor Perfecto

DÍA 2 DE 9

El mandamiento de amar

Imagina que hay un lienzo en blanco esperando ser pintado por un artista. Una obra de arte está por nacer. Los pinceles están esperando que llegue el artista. Una vez que el artista se para al lado de la pintura, comienza a realizar pequeños trazos o pinceladas que al principio no se parecen a nada. Pero luego, a medida que las líneas y los colores se mezclan, la imagen comienza a mostrarnos una visión clara del mensaje que el artista quiere transmitir.

Nuestro querido apóstol Juan comienza su retrato del amor perfecto con “algunas pinceladas” que dicen así: “Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8) NVI. 

Esta misma “pincelada” ha sido mencionada varias veces en esta carta. Nos da una pista clara de la naturaleza del amor perfecto: el amor es de Dios. Dios es la fuente; el amor viene de Dios, es divino, no es de origen humano. ¿Te imaginas una mejor imagen de amor que éste? Dios es amor, esa es Su esencia.

Este tipo de amor no es algo que puedas producir a menos que estés en contacto con la fuente. Viene del Espíritu Santo; de hecho, es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Por lo tanto, es un amor espiritual, es un amor ágape. En griego, el idioma en el que se escribió 1 Juan, hay tres palabras para expresar diferentes tipos de amor:

Amor EROS corporal, físico, egoísta, se concentra en recibir y obtener.

Amor PHILE—alma, emocional, mitad y mitad, recibe y da.

Amor AGAPE—Espíritu, espiritual, no es egoísta, es desinteresado, da. 

Como puedes ver, cada tipo de amor es completamente diferente del otro. El amor ágape es el resultado de nuestra relación y comunión con Dios. Es por esta razón que el apóstol usa el ejemplo de un árbol y su fruto, porque apartados de Dios, no podemos hacer nada. No podemos producir amor.

Cuando el Espíritu Santo viene a vivir dentro de nuestro espíritu humano, recibimos vida. El incrédulo está espiritualmente muerto y separado de Dios. Cuando confiamos en Jesucristo como nuestro Salvador, se elimina la barrera del pecado y Dios viene a vivir dentro de nosotros. La luz de Dios entra en nuestras vidas y la oscuridad se desvanece porque Dios es luz; y en Él no hay oscuridad en absoluto (1 Juan 1:5). Esta es la primera declaración que el apóstol da como premisa en la epístola.

La segunda declaración se refiere a otro aspecto del carácter de Dios y de Su esencia: el amor. El amor entra en nuestras vidas de la misma manera en que entró la luz: a través del Espíritu Santo. Dios es luz y Dios es amor. Entonces, una persona que tiene amor ágape nace de Dios y conoce a Dios. Esto significa que la persona que practica el amor ágape tiene relación y comunión con Dios. La persona que no practica el amor ágape puede ser una persona que tiene relación con Dios, pero no tiene comunión con Él.

Es mi oración que persigas ambos aspectos del carácter de Dios en tu vida: el aspecto de la luz y el aspecto del amor. Que la luz de Dios deseche toda oscuridad de ti, y que el amor de Dios, un amor espiritual, desinteresado y generoso, abunde en ti como abundaba en Jesucristo.

Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

[Serie Máximo Gozo] Amor Perfecto

No es lo mismo tener una relación con el Señor que experimentar intimidad. Únete al apóstol Juan en la búsqueda de la comunión con Dios a través del capítulo 4 y el comienzo del capítulo 5 de 1 Juan. Juntos, exploraremos el retrato del amor perfecto: el mandamiento de amar, la manifestación del amor y la motivación para amar. ¡Experimenta el amor perfecto de Dios y gozo al máximo!

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Nos gustaría agradecer a Grace School of Theology por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://gsot.edu/center