La grandeza del Padre Muestra

Libres en él

Si vives en la luz, así como Dios está en la luz, la sangre de su Hijo Jesucristo te limpia de todo pecado. Gloria sea a Dios, que tiene poder para hacer muchísimo más de lo que le pides o piensas por medio de su poder que actúa en ti. Si confiesas tus pecados, puedes confiar en que Dios hará lo que es justo, perdonará tus pecados y te limpiará de toda maldad. En su gran amor, Dios te ha liberado por la sangre que su Hijo Jesucristo derramó y ha perdonado tus pecados. Cristo mismo llevó tus pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que mueras al pecado y vivas una vida de rectitud. Cristo fue herido para que tú fueras sanado. Cristo te ama y te ha librado de tus pecados derramando su sangre. 

Si estás en Cristo Jesús, y no andas en la carne, sino conforme al Espíritu, no hay ninguna condenación para ti. Si oyes la Palabra de Jesús y crees a Dios quien lo envió, tienes vida eterna y no serás condenado, porque has pasado de muerte a vida. El Señor borra tus rebeliones por amor de sí mismo y no se acordará más de tus pecados. Eres bienaventurado pues tu transgresión ha sido perdonada y cubierto tu pecado. Si confiesas tus faltas, Dios es fiel y justo para perdonarte y limpiarte de toda maldad. De modo que, si estás en Cristo, eres una nueva criatura. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

Así que, Cristo te hace libre, eres realmente libre. Si te mantienes fiel a la Palabra de Dios, serás de veras discípulo de Cristo. Conocerás la verdad y la verdad te hará libre. Porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús te libera de la ley del pecado y de la muerte. El Señor te protege de todo peligro, preserva tu vida, te resguarda en todos tus caminos ahora y siempre. Ya eres libre de culpa, gracias a la fe, tienes paz con Dios por medio del Señor Jesucristo. El Espíritu Santo está sobre ti. Así que anuncia libertad a los que están en la cárcel del pecado.

Reflexionemos

Nuestra libertad está en Cristo. Ser nueva criatura significa que el Padre nos trasladó de muerte a vida, de oscuridad a luz. Nos despojó de la naturaleza pecaminosa y nos vistió de Cristo.