La grandeza del Padre Muestra

Sabiduría divina

El temor del Señor aumentará tus días, mas los años de los impíos serán acortados. El principio de la sabiduría es el temor de Dios. En el temor del Señor está la fuente de confianza y esperanza que tendrán sus hijos. Si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Dios y hallarás el conocimiento del Señor. El temor del Señor es el principio de la sabiduría y el conocimiento del santísimo Dios es la inteligencia. El Señor cumple el deseo de los que le temen. Dios oye tu clamor y te salva.

El principio de la sabiduría es tener reverencia por el Señor. Si practicas sus mandamientos tienes buen entendimiento. Si tienes falta de sabiduría, pídela a Dios, el cual la da a todos abundantemente y sin reproche. La sabiduría que viene de Dios es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Eres bienaventurado si hallas la sabiduría y obtienes la inteligencia, porque la ganancia que ofrecen es mejor que la ganancia de la plata y sus frutos más que el oro fino. De la boca del justo salen palabras que son de bendición para muchos, más de la boca del necio no fluyen palabras de sabiduría. Adquiere sabiduría, no te olvides de ella ni la apartes de tu boca. Sobre todas tus posesiones, adquiere sabiduría y ella te engrandecerá.

Dios suplirá todo lo que te falte conforme a sus abundantes riquezas en gloria, en Cristo Jesús. Los leoncillos necesitan y pueden tener hambre, pero los que buscan al Señor Jesucristo no tendrán falta de ningún bien. Poderoso es Dios para que abunde en ti toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas lo suficiente, puedas ayudar a otros que están en necesidad. Si Dios no dejó de dar a su Hijo Jesucristo, sino que lo entregó para que fuera a la cruz por ti, ¿cómo no te va a dar junto con él todas las demás cosas que te falten? En tu vida jamás verás a un justo desamparado, ni a su descendencia que mendigue pan. El Señor Jesús es tu pastor, nada te faltará.

Reflexionemos

No permitas que la crisis te aflija, la mayor riqueza es tener a Cristo. Disfruta este valioso regalo para nutrirte de su conocimiento.