La grandeza del Padre Muestra
De gloria en gloria y de victoria en victoria
Bendice al Señor en todo tiempo y alábalo continuamente. Porque le buscaste, te oyó y te libró de todos tus temores. El Señor oye el deseo de los humildes, dispone su corazón y hace atento su oído para ayudarte cuando estás necesitado. Invoca a Dios, por cuanto te oye. Inclina a ti su oído y escucha tus palabras. El Señor ha escogido al piadoso para sí, por eso puedes estar seguro de que te oirá cuando clames a él. El Señor ha oído tu ruego, él ha recibido tu oración. Por eso sabes que se avergonzarán y se turbarán mucho todos tus enemigos. Claman los justos y el Señor oye, y los libra de todas sus angustias. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor.
Da gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para contigo en Cristo Jesús. Dale muchas gracias a Dios, que te da la victoria por medio de su Hijo. Entra por las puertas de la iglesia del Señor con abundante acción de gracias. Entra por sus atrios con alabanza, dale gracias y bendice su nombre. Dale gracias a Dios, que te lleva siempre de triunfo en triunfo por Cristo Jesús, para poder hablar a otros del Señor y esparcir el evangelio como un perfume fragante. Dale gracias al que te fortalece, a Cristo Jesús el Señor, porque te tiene por fiel poniéndote en el ministerio. Dale gracias al Señor, pues sus maravillosos milagros demuestran que se interesa por ti.
Cántale salmos al Señor mientras vivas. La meditación en Dios es dulce. Regocíjate en él. Ama la Palabra del Señor, medita en ella todo el día. Si siempre mantienes los mandamientos de Dios contigo, serás más sabio que tus enemigos. Medita en todas las obras de Dios y habla de sus hechos porque santo es su camino. No hay Dios más grande que tu Dios. Sean gratos los dichos de tu boca y la meditación de tu corazón delante del Señor. Él es tu roca y tu redentor.
Reflexionemos
Medita en los mandamientos del Señor. Considera sus caminos. Regocíjate en sus estatutos. No te olvides de sus palabras. Anticípate al alba y clama. Espera en su palabra. Quédate despierto en la noche para meditar en sus promesas, pues él es amoroso y bueno.
Oremos
Padre celestial, oramos para que tus hijos entiendan tu grandeza, tu poder e infinito amor.
Acerca de este Plan
Si hay algo que muestra la grandeza de nuestro Padre celestial, es su amor. En este Plan devocional, podrás deleitarte en el conocimiento de la grandeza del Padre y su amorosa expresión en sus hijos. Gocémonos juntos en las maravillas de nuestro Padre celestial durante esta semana con este devocional.
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Nos gustaría agradecer a Emilio A. Reyes y a El Centro Network por presentar este plan devocional. Emilio A. Reyes es autor del libro Palabra eficaz. Para conocer más sobre estas organizaciones lo invitamos a visitar estos enlaces http://www.avivemos.net y http://www.elcentronetwork.com