Navidad: Esperanza, Fe Y Amor Muestra

“Nos salvó de nosotros mismos”

Todos arribamos a este mundo con una naturaleza pecaminosa. Tenemos la firme intención de tomar nuestras propias decisiones y de darle la espalda a Dios. Seguimos los instintos de nuestro corazón ignorando lo que el mismo Dios dice de él, que no hay nada más engañoso y perverso que el corazón del hombre. En realidad somos nuestro problema más grande, aunque insistamos que la mayoría de nuestros problemas se deben a las personas que nos rodean. Si eres lo suficientemente honesto, te darás cuenta de que somos nuestra más grande lucha. 

Cuando pienso en ello más claro me queda el propósito de la Navidad. En el anuncio del ángel del Señor a José le dijo las siguientes palabras hablando de María: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Tal vez nosotros no veamos la conexión entre el nombre Jesús y la frase «salvará a su pueblo de sus pecados», pero José sí la veía. Él estaba familiarizado con el idioma hebreo. Los orígenes del nombre en español Jesús se remontan a la palabra hebrea Yeshua. Yeshua es la abreviación de Yehoshuah, que significa «Yahweh salva».”

Esta declaración responde a dos preguntas: ¿Quién era Jesús? “Dios salva”, y segunda pregunta: ¿Qué vino a hacer Jesús? Dios salva.

¿Qué significa Dios salva? Jesús no era simplemente divino, parecido a Dios, hambriento de Dios, enfocado en Dios o adorando a Dios. Él era Dios. No era meramente un siervo de Dios, un instrumento de Dios o un amigo de Dios, sino que Jesús era Dios.

Dios salva, no Dios se identifica, se preocupa, escucha, ayuda, asiste o aplaude. Dios salva. Específicamente «él salvará a su pueblo de sus pecados» (v. 21). Jesús vino a salvarnos, no solo de la política, los enemigos, los retos o las dificultades. Él vino a salvarnos de nuestros propios pecados.

Todo el amor estaba en Jesús, todo el poder estaba en Jesús, toda la compasión, la fidelidad, toda la gracia estaba en Jesús. Es por eso que solo él puede salvarnos. Salvarnos de nosotros mismos, de nuestros pecados y de nuestro estilo de vida extraviado. Por eso la Navidad es el comienzo de todo lo mejor que hemos recibido de Dios. 

Es verdad, si nuestro problema hubiera sido solamente la ignorancia, Dios nos hubiera enviado a un educador; si nuestros problemas fueran solo las enfermedades físicas, nos hubiera enviado un médico, si nuestro problema fuera financiero, Dios nos habría enviado un economista, pero nuestro problema es principalmente espiritual, por eso Dios nos envió un Salvador.