Navidad: Esperanza, Fe Y Amor Muestra
Interrupciones
Creo que a ninguno de nosotros nos gustan las interrupciones, a menos que sean al estar a dieta. Es maravilloso cuando en estas fechas hacemos a un lado las restricciones alimenticias para poder disfrutar de un rico ponche o un delicioso pavo. Por la familia y por la temporada vale la pena romper cualquier dieta, ¡que vivan todas las interrupciones! Pero no todas las interrupciones son tan agradables.
Pasar el 25 de diciembre en un hospital “no está padre”, como dicen mis hijos. Salimos a toda prisa hacia el hospital.Mi amada esposa Aída tenía una terrible hemorragia y estaba embarazada. Las decoraciones navideñas no asientan bien enlas salas de urgencias. Una guirnalda no hace que una máquina de rayos X luzca festiva. Las bombillas rojas y verdes no emiten un resplandor feliz sobre una camilla. No importa la canción que se escuche en el sonido ambiental, los monitores pitan más alto que los cascabeles en el trineo.
Una Navidad en un cuarto de hospital no es nada agradable, aunque las enfermeras luzcan gorros rojos. La recomendación del médico fue devastadora, “es necesario hacer un legrado”. ¿Cómo? ¿En Navidad? Debe estar bromeando. No fue así. Ese día de Navidad, la esperanza del nacimiento de un bebé se había esfumado.
Un día antes en la Nochebuena, había compartido con la Iglesia, lo que José y María habrían sentido la noche de Navidad. Una terrible interrupción de sus sueños y anhelos personales. Pero, al tener a Jesús en brazos, comprendieron el propósito eterno de este abrupto divino. Imagino la escena en el establo. Momentos después, la mano del que colgó las estrellas apretó el dedo de María. Los pies del caminante del Cielo tocaron la palma de la mano de José. Con razón los ángeles llenaron el cielo de adoración. Cualquier duda del amor del Padre desapareció la noche en que Dios fue envuelto en pañales de corral para que la paja no rasguñara su espalda.
Fue doloroso salir ese 25 de diciembre sin un bebé en los brazos, pero al recordar que el mismo Dios tomó forma humana e irrumpió el mundo así para mostrarnos que nos ama y que en verdad le importamos, nuestros corazones fueron llenados de la paz que solo él puede dar.
Mi consejo es: aférrate a él. En medio de la sala de emergencias, cuando tus sueños se están desmoronando, dile: «Señor, te necesito ahora». Entre las lápidas del cementerio, susurra: «Querido Jesús, levanta mi ánimo». Durante la deposición, cuando los demás están murmurando entre dientes, que te escuchen repetir esta oración: «Dios, tú eres bueno. Necesito… ayuda. Dame ánimo, por favor.
Escrituras
Acerca de este Plan
Una Navidad diferente. Estamos inmersos en tiempos inciertos, en donde la incertidumbre puede llenar nuestro corazón de temor. Pero la Navidad significa más que un regalo, o reuniones familiares. Celebraremos el nacimiento de nuestro Salvador. Un bebé que vino a darnos esperanza. Justamente lo que el mundo necesita. Te invito a que juntos estudiemos el regalo que Dios nos da a través de la Navidad: Esperanza, fe y amor.
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Nos gustaría agradecer a Hokmah por proporcionar este plan. Para más información visite: http://www.hokmah.life