Milagros en Medio De Batallas EspiritualesMuestra

Parte 2

Estuve por dos semanas consiguiendo recursos con varias personas que solidariamente se unieron para ayudar a este varón del que les hablo, fue un arduo trabajo; sin embargo, siempre tenía presente que lo que hacía era para Dios, lo hacía con gozo y con amor; mientras tanto, Él ponía en mi camino a las personas indicadas para contribuir con esta gran misión. Sin su gracia y su respaldo no habría sido posible. Nada podemos hacer separados de Cristo.

Gracias al favor y la bondad de Dios pude gestionar con una fundación su tratamiento y su estadía por casi un año en ese lugar, de tal manera que este hombre no sólo contara con atención médica y especializada sino también con un digno bienestar. Pude comprobar cómo Dios mueve los corazones en favor de aquellos a quienes quiere manifestar su misericordia y su amor ¡qué gran milagro! un hombre que desde sus 8 años de edad ha vivido en las calles, y en ese momento, a sus 26 años de edad, Dios se manifiesta en su vida a través del amor de Cristo expresado en una cantidad de personas desconocidas pero movidas por Él para bendecirlo. Cuán grande es la bondad de nuestro Dios, cuántas veces no hace de la misma manera con una cantidad de personas a las que constantemente les hace el llamado a través de milagros, de su bondad y de su amor.

Dios hizo milagros impresionantes para revelar su amor y su poder en la vida de este varón; él no se alcanza a imaginar lo sobrenatural que fue ese proceso y cuántas puertas de bendición abrió el Señor para atraerlo a su mesa, a cenar con Él. Esto me lleva a pensar en aquellas veces que Dios también me expresó su amor a través de la especial invitación de ir a su presencia y andar en sus caminos, cuán agradecida vivo con Él por esas personas que en su momento usó para llevarme a sus brazos con lazos de amor.

Todo este proceso me lleva a pensar en la cantidad de milagros que Dios diariamente y constantemente hace en nuestro favor y hace también en favor de otros a través de nuestra vida. ¿Acaso no es maravilloso? yo he podido comprobar que cuando Dios quiere manifiestar su amor, su misericordia y su poder, no hay quien lo detenga; sin embargo, es maravilloso poder comprobar que nosotros sus hijos podemos ser instrumentos en sus manos para mostrar su gloria a los demás. ¡Qué propósito tan especial, cuán privilegiados somos!