Milagros en Medio De Batallas EspiritualesMuestra

Parte 8

Muchas veces el enemigo va a intentar traer a tu presente aquellos temores de los que ya Jesucristo te liberó, con la única intención de amedrentarte, estancarte y obstaculizar los propósitos que Dios quiere llevar a cabo a través de ti. La gran promesa que tenemos como hijos de Dios, es que todo lo que vivimos es porque Él lo permite y si Él lo permite es para nuestro bien. Suena raro decirlo, pero Dios mismo incluso permite que seamos atacados por satanás y sus demonios para que podamos ser entrenados y capacitados. 

Algo que pude aprender con esta experiencia, es que al enemigo se le echa fuera y sus artimañas se vencen con tres elementos esenciales: la obediencia, el poder de la Palabra y la comunión con Dios y con su Hijo. Siempre, siempre tendremos el respaldo del Señor porque somos sus hijos; Él no nos dejará en manos del adversario, Él nos lleva a pelear batallas con propósito; con el propósito de que comprendamos que la victoria está en Él y no en lo que podamos hacer en nuestras fuerzas. Yo pude vencer el temor gracias a su Palabra, gracias a su Poder y su Gracia. Ahora me siento un poco más capacitada en esta área espiritual, sólo por su favor y su bondad; sólo porque así lo ha querido Él. Ahora comprendo un poco más cómo se le hace frente a los demonios y cómo se le hace frente a los que en su naturaleza caída son influenciados por el enemigo para intentar dañarnos.

Tenemos que estar alertas, somos blanco del enemigo constantemente; él no está buscando en el mundo a quién dañar, pues ya los tiene enredados en su oscuridad; él va a intentar dañar a quienes buscamos con firmeza agradar a Dios, a quienes tenemos el sello del Espíritu Santo y gozamos de la dicha de ser llamados hijos de Dios. Estamos llamados a vencer al enemigo bajo la guianza, la sabiduría y el poder de Dios; confiados totalmente en su providencia y en su protección. Así que a levantarnos, tenemos su poder para ponerlo por obra según Él lo requiera; pues su amor, su bondad y su sobrenaturalidad se debe seguir manifiestando a través de sus hijos y sus escogidos en el Nombre de Jesús.