Milagros en Medio De Batallas EspiritualesMuestra

Parte 5

El enemigo intenta dañar a los hijos de Dios desde antes de adquirir este derecho por voluntad del Padre y por medio de Jesucristo. 

Cuando era niña enfrenté algunas experiencias de abuso, algo totalmente superado gracias al poder, la bondad y el amor que me ha sido manifestado por mi Padre a través de su Hijo Jesús. Sin embargo, al ver la reacción violenta que tuvo este varón del que les hablo cuando se resistió a ser requisado e ingresado a la fundación a la que lo habíamos llevado para bendecirlo, el enemigo "satanás" revivió aquel temor que sentí en mi infancia. No podría explicar con palabras el grado de temor y ansiedad que empecé a experimentar. Empezaron a llegar dardos de fuego a mi mente llenos de intimidación, haciéndome creer que el enemigo iba a usar a este hombre para hacerme exactamente lo mismo que sufrí en mi niñez, debido a la manera en que este varón reaccionó dando claras señales de su maldad, de su perversidad y del deseo de vengarse de cierta forma por el hecho de no haber logrado su objetivo, el de quedarse en ese lugar consumiendo sustancias psicoactivas, descansando de las calles y disfrutando de muchos otros beneficios que no tenía; él se ofendió porque quedó al descubierto y no pudo llevar a cabo el propósito de quedarse en aquel lugar haciendo lo que él quería. En el país donde resido hay un dicho que dice: "le salí a deber" "tras de ladrón, bujón".

Recuerdo que en la noche de ese día, el temor cobró tanto protagonismo que sencillamente quedé a mercéd de las maquinaciones de satanás; entré en un pánico impresionante, tanto que a mi amado esposo también de cierta forma lo invadió ese mismo temor. Pues el enemigo no sólo hizo uso del temor en mí sino también en mi esposo, y ahí estábamos los dos, con toda la sabiduría que hemos recibido de parte de Dios, con la convicción de ser sus hijos, con la certeza de tener el poder de su Espíritu, pero totalmente amedrentados por huestes de maldad. Creánme cuando les digo que pensé morir esa noche, estaba practicamente a punto de sufrir un infarto; los ataques de satanás y sus demonios no son cosa agradable desde ningún punto de vista, no debemos subestimarlos.