Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

¡Moléstanos, Señor!Muestra

¡Moléstanos, Señor!

DÍA 4 DE 5

La oración poderosa comienza donde termina la complacencia

Alguien dijo una vez: “La complacencia es una desgracia que debilita la energía, entorpece actitudes, y causa un derrame en el cerebro. El primer síntoma es la satisfacción con las cosas tal como son. El segundo es el rechazo de las cosas como podrían ser. ‘Está bien así’ se convierte en la consigna del presente y la norma del mañana. La complacencia hace que las personas tengan miedo a lo desconocido, desconfíen de lo que no ha sido probado, y aborrezcan lo nuevo. Igual que el agua, las personas complacientes siguen el camino más fácil: cuesta abajo. Extraen una falsa fortaleza de mirar atrás” (Bits & Pieces, 28 de mayo de 1992, página 15).

En Amós 6:1 el profeta declara: “¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte de Samaria!”. Los hijos de Israel se habían vuelto apáticos en su prosperidad y comodidad. Habían perdido su sensación de urgencia y no les interesaban las cosas de Dios. Pero su seguridad percibida era un mito. La misericordia de Dios que mantenía a raya el desastre fue llevada hasta el límite, y en el versículo 7 Dios dice que la fiesta ha terminado. “Por lo tanto, ustedes serán los primeros en ser llevados cautivos. De repente se acabarán todas sus fiestas” (NTV). Solo después de que el desastre había golpeado y la nación se encontró en las cadenas de la cautividad, se volvió el Señor otra vez.

Dios no quiera que tengamos que ser arrancados de nuestra complacencia por la tragedia o el desastre. Sería mucho mejor si nos mantuviéramos vigilantes en la oración, reconociendo que, incluso en los tiempos buenos, “… vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). La oración poderosa comienza donde termina la complacencia.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

¡Moléstanos, Señor!

El descontento que nace del cielo es crucial para quienes desean entrar en una colaboración divina con Dios y sus propósitos uniéndose a la revolución de la oración. Comienza con los discípulos, incluidos usted y yo, sentados a los pies de Jesús en la escuela de la oración. Comienza con una sencilla petición: “¡Señor, enséñanos a orar!”.

More

Nos gustaría agradecer a CfaN Christ For All Nations por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.cfanlatino.org/