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LA MISMA GLORIA DE DIOS

Hace algunos años apareció un dibujo animado por televisión cuyo resplandor causó un shock masivo en los niños, al punto que tuvieron convulsiones. Parece que tenía relación con la vibración y excesivo resplandor de la escena. La misma luz que nos permite ver el mundo, puede cegarnos si la vemos directamente. Imagina lo que hubiera sido ver a Dios, su gloria. Dice la Biblia que nadie puede verlo y seguir vivo. Pero Jesús nos permitió ver, a través de él, “la misma gloria de Dios” y está llena de gracia y de verdad (Jn. 1:14).

Ahora bien, algunos no la pueden ver. No sé si te pasó, pero a mi si; muchas veces: he estado viendo algo con mis propios ojos y no logro darme cuenta de mi error. Puede ser una palabra mal escrita, una ecuación o, más serio aún; un argumento que demuestra mi mal actuar. A veces, he estado buscando un lápiz que tengo en mi mano (o en mi oreja); en incluso mis lentes (ríanse ahora) ¡cuando los tengo puestos! Eso es lo que sucede a la gente hoy; su entendimiento fue cegado y no pueden ver el resplandor de la gloria de Dios, que es Cristo (2Cor. 4:4) ¿Eso es posible? Solo piensa en la veces que has defendido ciegamente tu error.

Pero nos conviene abrir los ojos y verlo, porque esa gloria tiene algo que nos hace bien; está llena de Gracia y de Verdad.

1. Gloria llena de gracia: porque no la merecemos. Sin embargo, nos hace mejores. Definimos la Gracia como “favor no merecido” y es correcto. Pero una definición de diccionario no va a alcanzar para entender su alcance. La gracia es aquello que hace que tengas todo lo que tienes aun cuando te quejas de ello: tu trabajo, tu familia, tu aliento, incluso aquello de lo que no logras darte cuenta. Esas cosas que notamos cuando ya no están. Pero él, en su misericordia no nos da lo que merecemos; en su gracia nos da lo que no merecemos.
2. Gloria llena de verdad: nos conviene ver esa gloria porque arroja luz sobre nuestra vida. La verdad, amiga, nos hace libres. La verdad, querido amigo, nos salva. Hemos creído cosas que se dicen de nosotros y el lenguaje crea realidades, pero su Palabra es verdad. Lo que él dice de nosotros está por sobre las opiniones de cualquier otro. Si vas a creer en algo, te sugiero que sea en la Verdad. La Verdad nos acusa, pero también nos defiende y nos restaura.

Piénsalo, hemos recibido una invitación a ver la misma Gloria de Dios ¿Qué haremos? Yo no rechazaría una entrada regalada para ver el Cirque du Soleil ¿Por qué iba a rechazar esta? Deja que te resplandezca. Si hay que morir, hagámoslo. Dios está en el asunto, nada malo puede resultar de eso.

“Si tu gracia nos nos hubiera alcanzado, no habría salvación para nosotros, Jesús. Hoy, no podemos hacer más que agradecerte y pedir: queremos ver tu gloria”