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Lo que vimos en Él

DÍA 3 DE 6

LA SALVACIÓN

¡Me encanta! Amo el modo en que la Biblia habla de la salvación. A veces hablamos de ella tan “teológicamente” que olvidamos su alcance ahora, acá, en nosotros. El viejito Simeón dijo a Dios que ya podía morir en paz porque “vio su salvación”. La salvación hay que verla, más específicamente, hay que contemplarla del mismo modo que contemplarías el regalo más excelente que te hicieran. Yo contemplo a mi esposa, vaya regalo de Dios, porque no creo haber merecido tanto ¡Cuánto más la Salvación!

Imagina esto: te estás muriendo y necesitas un corazón. De pronto, te llega uno y no debes pagarlo. Pero no fue gratis. Alguien pagó por él con su vida. Bueno, ¿qué crees? Este corazón, además, va a servirte para después de la muerte. Es a prueba de balas, de infartos y de cualquier desgaste. Eso no puede haber costado nada.

A veces, cuando dibujo o diseño, debo hacer cosas muy trabajosas, como seleccionar cada elemento uno por uno. Pero un día descubrí que puedo seleccionar todos los que son del mismo color con solo hacer un clic ¿Por qué no gocé del beneficio de esa herramienta antes? Porque no puedo hacer uso de aquello que no se que está disponible para mí. Para ver esa salvación deben suceder algunas cosas. Por eso Juan el Bautista recuerda las palabras de Isaías: preparen el camino, enderecen sendas, allanen montes, rellenen valles (estoy parafraseando).

Si ya recibiste la salvación, si ya la viste; prepara ese camino. Mira bien cómo termina Juan de decirlo… “y entonces, todos verán la salvación de Dios”. Te lo reformulo: anúncialo, solo de ese modo la gente verá a Jesús ¿Vas a guardar el regalo solo para ti cuando sabes que alcanza para todos?

No quiero que terminemos esta lectura sin mencionarlo: la salvación es mucho más que esperar la vida después de la muerte. La salvación, queridísimos, está sucediendo. Ahora mismo tu corazón (y el mío, por cierto) están continuamente siendo salvados de todo lo que fuimos. Jesús es la Puerta, pero también es el Camino. La salvación es también transitar en él, cada día.

No hemos querido hacer largas estas reflexiones porque anhelamos que tengas tu propia reflexión con el Espíritu Santo cada día. Vamos, corre a sus pies a contemplar su salvación. Luego corre a esparcirla.

“¡Oh, Dios! ¿Qué vamos a decir de tu salvación? Queremos verla, porque eso significa verte a ti. Miraremos a ti y seremos salvos. Gracias, nada más.”

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Lo que vimos en Él

“Estos, ¿qué han visto en Cristo?” La respuesta a esa pregunta puede cambiar tu existencia y la de otros a tal punto, que no podrás dejar de decirlo ¿Te adentras conmigo en la osada aventura de ver a Jesús? Puedes hallarlo ahí, en su Palabra. Al finalizar, como siempre, tendremos una infografía que nos recordará los beneficios de verlo y, claramente, también tendremos esos beneficios. Ven, tu alma lo agradecerá.

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Nos gustaría agradecer a InfograBiblia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.infograbiblia.com