Hacia Lo DesconocidoMuestra

Comenzar un ministerio por accidente

El llamado de Dios enseguida guio a Peter y su joven familia a estudiar en el Instituto Bíblico en Inglaterra donde se asentaron en un establo remodelado con Oliver, el hermano de Vangi. No tenían mucho; la acomodación era precaria y los estudios intensos, pero les encantaba reunirse como familia en torno al piano y cantar. ¡Poco se imaginaban ellos que esa forma de recreo finalmente se convertiría en una vocación ministerial viable! Con la llegada de invitaciones de iglesias para ministrar a través de la música, nació el grupo musical “Rufaro”.

Peter recuerda: “No cabe duda de que no habíamos planeado comenzar un ministerio de música góspel, y no lo podíamos haber imaginado como una posible solución para que entrara el dinero para nuestros estudios, o como un peldaño para un ministerio mayor en el futuro distante. Fue un accidente: un accidente de fe. Ya estábamos en el lugar correcto, al haber seguido el llamado de Dios a ir al Instituto Bíblico. A veces, Su guía es mediante la ‘presión’ de nuestras circunstancias, lo cual nos empuja en una dirección u otra. No hay nada que temer en cuanto a eso, porque cuando ya nos dirigimos en la dirección correcta en la que Él quiere que vayamos, para Él es fácil decirnos hacia dónde quiere que sigamos después. Creo que este es también el clásico ejemplo de cómo Dios usa nuestras pasiones e intereses para avanzar Su Reino.

No comenzamos Rufaro porque necesitáramos ingresos. Comenzamos Rufaro porque nos encantaba cantar, ¡y no podíamos dejar de hacerlo! Nuestras pasiones, nuestros intereses, las cosas que nos salen bien, las cosas que nos encanta hacer y no podemos dejar de contar a la gente, son casi siempre buenos indicadores de cómo Dios quiere usarnos. No hay un gran misterio en ello. Dios nos creó en un principio y conoce los deseos de nuestro corazón, y anhela llevarnos a la excelencia”.