Hacia Lo DesconocidoMuestra

Un nuevo llamado de Dios

Rufaro se convirtió en un próspero ministerio musical con varios cientos de citas al año. Aun así, Peter, Vangi y Oliver mantuvieron la política de nunca cancelar ir a una iglesia más pequeña por la llegada de una oferta de otra iglesia más grande. Un día, Peter recibió una llamada de un influyente pastor local.

“Mira, conozco tu política”, dijo. “Pero ha sucedido algo. Tenemos la oportunidad sin precedentes de organizar una gran campaña de cinco noches evangelísticas en el City Hall de Birmingham. Tenemos un evangelista muy conocido, pero queremos a Rufaro…”.

“¿Quién es el evangelista?”, preguntó Peter.

“Un alemán de Sudáfrica llamado Reinhard Bonnke”.

¿Qué? ¡Seguro que eso no era una coincidencia!

Un mes antes, Peter se había encontrado con una revista publicada por el ministerio de Bonnke, Cristo para Todas las Naciones (CfaN). Contenía los planes más inminentes de CfaN de expandir el evangelismo en África. Al tener la revista en sus manos, Peter había sentido que el Espíritu Santo le decía: “El Señor tiene un papel que desempeñar para ti en este ministerio”. A pesar de su intención de desecharlo, no podía eludir ese llamado de Dios, y ahora parecía haber una razón detrás de todo aquello.

Hizo unas llamadas telefónicas, y todas las iglesias a las que se lo explicaba estuvieron dispuestas a cambiar sus fechas, y Rufaro se comprometió con la campaña.

Tras el evento, Peter recuerda reunirse con Reinhard. “Le conté lo del artículo de la revista y lo que creía que Dios me había dicho. Él se quedó un tanto sorprendido. ‘Lo siento, Peter, pero realmente no tenemos ningún hueco para un predicador o un músico. No hay nada para usted’.

‘Oh’, dijo Peter, decepcionado. ‘Realmente sentí que el Señor me habló’.

Peter pensó que sería mejor irse, y se levantó para proceder a despedirse. Pero entonces Reinhard dijo: ‘Bueno, HAY una cosa. Pero no es nada que vaya con usted’.

‘¿Qué es?’, preguntó él.

‘Pues necesito a alguien que le dé forma a nuestro departamento de transportes’.

‘Reinhard, ¡esa era mi profesión! Yo era el director de una concesionaria de vehículos. Soy un ingeniero experimentado. ¡Conozco ese mundo!’.

‘¿Qué? ¿Vendría para hacer eso?’, me preguntó Reinhard, sorprendido

‘Sí, lo haría’...”.