Supervivencia en El DesiertoMuestra

CONSEJO DE SUPERVIVENCIA #1 —NO SE ANGUSTIE

Para sobrevivir a un desierto hace falta algo más que la habilidad para construir un refugio, encender una fogata, y purificar el agua. Hace falta una mentalidad específica y el deseo de vivir que supera el miedo asociado con la crisis. De hecho, algunas personas que no poseen estas habilidades, pero sí el deseo, encuentran otros métodos para sobrevivir. Al entrar en un desierto espiritual, nuestra tendencia habitualmente consiste en dejar volar nuestra imaginación. “¿Saldré de esta?”. “¿Por qué me está ocurriendo esto?”. “¿Acaso Dios no se da cuenta de lo que estoy pasando?”. “¿Está Él enojado conmigo?”. Aunque es normal hacerse este tipo de preguntas, obsesionarse con ellas debilita nuestra resolución de creer en Dios.

Lo cierto es que en el desierto la perspectiva lo es todo, así que si se encuentra ahí, no se angustie. Tome un momento para recordar quién es Dios, quién es usted en Cristo, y lo que la Biblia dice acerca de su fidelidad en momentos difíciles. No se permita creer cualquier otra cosa que no sea la Palabra de Dios, sino decida como lo hizo David durante un desierto espiritual: “Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto” (Salmos 57:7). El temor le hace más susceptible a las mentiras del enemigo. Él mentirá acerca de la fidelidad de Dios y de Su amor por usted, e incluso acerca de la existencia de Dios o sobre cuán valioso es usted para Él. Tales mentiras están diseñadas para debilitar su vigor espiritual, pero es ahí cuando el “deseo de vivir” debe sobresalir; el deseo de vivir en el Espíritu cuando esté pasando por regiones de desierto.