Supervivencia en El DesiertoMuestra

CONSEJO DE SUPERVIVENCIA #5 — BEBA AGUA

La hidratación es esencial para sobrevivir a un desierto físico, y también a un desierto sobrenatural. De la misma forma en que beber agua limpia es urgente en un clima seco y caluroso, debemos beber de la presencia de Dios durante las temporadas de desierto. Nuestro refresco en el desierto es la presencia de Dios, y la presencia de Dios es el Espíritu Santo. Igual que el Espíritu Santo es nuestro consolador, refugio y fuego Él también es, como el agua, la esencia de vida para todo nuestro ser.

Las Escrituras a menudo relacionan el Espíritu Santo con agua, y si la presencia “líquida” de Dios es el Espíritu, ¿cómo podemos mantenernos “hidratados” mediante la presencia del Espíritu al cruzar por un paraje espiritualmente seco? Lo hacemos al orar en el Espíritu (Efesios 6:18 y Judas 20-21).

Oramos en el Espíritu cuando conectamos con Su presencia, colaboramos con Su liderazgo, y permitimos que Él empodere nuestras oraciones. Lo importante es dejar que Sus expresiones (Aus sentimientos y Su “lenguaje”) se fundan con nuestros sentimientos y nuestro lenguaje. Eso es orar en el Espíritu.

El Espíritu se expresa a sí mismo a través de nosotros de varias maneras. Él alaba y da gracias a Dios con muchos tipos de canciones, gemidos indecibles, clamando a Dios como con una necesidad infantil como nuestro “Abba” (Gálatas 4:6), o declarando el señorío de Cristo. Mi punto es el siguiente: orar en el Espíritu significa acercarse a Él, sentir Su estado de ánimo, escuchar Su voz, y colaborar con Su expresión específica en cualquier momento.