Supervivencia en El DesiertoMuestra

CONSEJO DE SUPERVIVENCIA #2 —EVALÚE LA SITUACIÓN

Aquellos que están perdidos en el desierto deben analizar sus recursos. Si estuviéramos perdidos en el desierto, nuestras posibilidades de sobrevivir se verían aumentadas de manera radical si tuviéramos algunos recursos básicos como comida, agua, un cuchillo, o fósforos. Esto también es cierto acerca de los desiertos espirituales. Los recursos que Dios nos da para la vida espiritual son Su Palabra, la comunidad de los santos, y el consuelo del Espíritu Santo.

La Palabra de Dios es un oasis de verdad en cualquier desierto espiritual, y no depende de las circunstancias para ser efectiva. Esto nos permite vivir y hablar desde el corazón y no desde las circunstancias. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:11). En el desierto, la Palabra de Dios pone todo en perspectiva.

Con la comunidad de los santos, el desierto se convierte en una excursión; Dios quiere que viajemos en grupo. Esa es la esencia del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:26). Por lo tanto, durante las temporadas de adversidad necesitamos la fortaleza de nuestra familia espiritual para ayudarnos a llevar la carga. “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:2).

Finalmente, ¿quién podría ser un compañero más fiel en el desierto que el Espíritu Santo? El Dios vivo, en la persona del Espíritu Santo, va delante de usted, camina a su lado, hace guardia a sus espaldas, descansa sobre usted, y habita en su interior. Mientras mayor es nuestra revelación de la presencia del Espíritu Santo, mayor es nuestro consuelo que nos permite mantener nuestro gozo y carácter en el desierto en medio del dolor y las pruebas.