Supervivencia en El DesiertoMuestra

CONSEJO DE SUPERVIVENCIA #3 —ENCUENTRE REFUGIO

Alguien que se encuentra en una situación en la que necesita practicar la supervivencia física debe encontrar o construir un refugio inmediatamente. El primer gran peligro es estar expuesto a las condiciones extremas del desierto. Es crucial mantener la temperatura corporal para poder aguantar, y un buen refugio aporta la sombra o el calor necesario para mantener la temperatura corporal lo más estable posible.

En el “desierto” puede parecer que Dios está ausente, pero un hijo de Dios nunca está desconectado de Él, y la presencia de Dios es nuestro lugar seguro, nuestro refugio en el desierto. Esta verdad es una respuesta a la oración de Moisés en el desierto hace siglos atrás. “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Éxodo 33:15). Dios le aseguró lo siguiente: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Éxodo 33:14). Por lo tanto, la manera en la que un hijo de Dios encuentra o construye un refugio es buscando a Dios diligentemente como si fuera un lugar de calma en el desierto.

Piénselo, ¿cuándo fue la primera vez que Dios prometió que estaría con Su pueblo? ¿Cuándo estableció Su presencia en medio de ellos? ¿Cuándo dio instrucciones específicas para construir Su tabernáculo en medio de Su campamento? ¡En el desierto! Fue allí donde inauguró el despliegue de Su presencia, personal y permanente, con Israel.

Sin importar cuán desanimado pueda sentirse, levántese y busque al Señor en Su amor y Su verdad. Tome el tiempo de esconderse en Él estando en Su presencia. Haga de Su fidelidad su escudo y su refugio (Salmos 91:4). Sepa que está escondido en lo profundo de una fortaleza divina a la que las brutales fuerzas demoníacas no pueden acceder.