Los Diez MandamientosMuestra

LA QUINTA LEY DE DIOS

Hay una razón por la cual los programas, libros y películas de detectives y policías son tan populares. La trama que nunca falla es el asesinato, ya que todos tenemos una fascinación nerviosa con otras personas que mueren violentamente. Tal vez esté relacionado con nuestro propio miedo a la muerte. Ya sabes, la vida humana es frágil. No se necesita tanto para quitar una vida.

Dios sabía eso. Intencionalmente hizo a los seres humanos más pequeños y físicamente más vulnerables que muchas especies en el reino animal. Para protección nos rodeó no con un exoesqueleto duro sino con su Palabra y advertencia: “No matarás” (Éxodo 20:13). Cada sociedad en la historia humana, en todas partes de la superficie de la tierra, ha conocido el peligro mortal de la tolerancia del asesinato y lo ha prohibido.

El asesinato no solo priva a las personas de años e incluso décadas de las alegrías de la vida en la tierra. También puede acortar la oportunidad de alguien de llegar a conocer y creer en el Señor Jesús y ser salvo (es decir, el tiempo de gracia de cada uno). Tú y yo podemos respetar y guardar este mandamiento haciendo lo que podamos para ayudar a las personas a vivir su vida terrenal al máximo.

El Señor Jesús no solo guardó perfectamente este mandamiento para nosotros como nuestro sustituto divino, negándose a hacer ningún daño corporal a los que le estaban haciendo daño corporalmente a él, sino que también enseñó a sus seguidores: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:44-45).