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Volviendo a Casa

DÍA 2 DE 5

Jesús inicia la parábola diciendo:
“Un hombre tenía dos hijos”.

El hombre en la historia representa a alguien con posibilidades económicas, dueño de muchas tierras, de prestigio, con sirvientes y jornaleros, que comían bien. Por esta razón, su hijo menor sabia que con una parte de la herencia o de sus propiedades podría llegar a tener una buena vida.

Los hijos, dos, el mayor, era un joven responsable, amante de las instrucciones de su padre, había aprendido todo lo referente a ir a trabajar desde temprano hasta la tarde, al ser el mayor le tocaban dos terceras partes de la herencia, pero como era responsable, cuidaba todo a detalle, había una promesa para él, y quería cuidar su futuro. Gozaba de algunos privilegios también, en esa época ser el primogénito tenía un peso mayor.

Estaba también el hijo menor, no se menciona que supiera trabajar o que tuviera un oficio. Este hijo tenía todo, al igual que su hermano, pero no lo valoraba, quería más, no se preocupaba por ahorrar, compraba con sus amigos en las mejores tiendas, quizá maltrataba un poco a los sirvientes. Su carácter era muy altanero, lo notamos al ver con que valor pide su herencia a su padre antes que él muera, en una palabra: irresponsable.

Cuánto ama Dios a Su creación. Debemos recordar que Israel es Su pueblo amado, Su primogénito, con las primeras promesas, de ahí formó a toda una nación y hasta el día de hoy muchos son agregados a Sus promesas por medio de Jesús.

Dios ama a Su primogénito, le ha dado leyes, Su pueblo, aunque no ha reconocido a Jesús, sigue siendo obediente en las leyes, las cuida con esmero, se levanta todos los días y cumple con los requisitos de la ley. En resumen, Su pueblo amado sigue siendo su primogénito.

Dios ama también a Su hijo menor, los gentiles, aquellos que han estado en su casa recibiendo del amor De Dios, obteniendo la promesa del Espíritu Santo, que sucedió aquel día que los discípulos oraron. Pedro mismo predico a los gentiles y recibieron el Espíritu Santo.

Dios ama a Sus dos hijos.

La herencia son los dones, es la inteligencia, la mente, la memoria, el ingenio y todo lo que Dios nos dio para que lo conozcamos y lo adoremos.

Algunas veces el hijo menor ha tomado esta herencia y la ha usado desperdiciándola en cosas para las que no fuimos llamados a usarla, hemos pedido por Su espíritu, pero lo hemos entristecido. Hemos clamado por avivamiento y lo hemos abandonado, hemos pedido por un propósito y cuando ya no nos gusta lo dejamos tirado y decimos: Dios me abandonó, cuando fuimos nosotros los que tomamos Su herencia y la malgastamos.

Jesús, en el desierto, mientras Él ayunaba, llegó Satanás y le dijo: Convierte las piedras en pan. ¿Jesús podía hacer eso? ¡Claro! Tenía la unción y el poder de hacerlo, pero Jesús no había sido llamado a convertir piedras en panes, fue llamado a multiplicar peses y panes.

El problema de gastar la herencia es: usar la unción para lo que no fuimos llamados.

El hijo prodigó ha malgastado la herencia.

Usemos la unción para el propósito que Dios nos dio.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Volviendo a Casa

La parábola del hijo pródigo ha sido una de las más contadas y predicadas. Nos guía, a cada uno, a encontrar perdón y gracia. Se aplica a nuevos creyentes y veteranos de la fe, porque siempre vamos a necesitar volver a casa del Padre. El mundo y sus afanes nos harán olvidar el camino a casa, pero el Espíritu Santo siempre tiene un GPS para guiarnos de vuelta allí. 

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Nos gustaría agradecer a SantoChilango por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/santochilangoMX