VENCIENDO, LA ORFANDADMuestra

EL PODER DEL PADRE

Eres un hijo de Dios, adoptado, amado, lleno de gracia y heredero de todas las riquezas de Dios como Padre, uno de los regalos de esta herencia es la manifestación del poder de Dios a través de las obras del reino, estas que podrás extender prodigios, maravillas.

"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8).

Este poder es enviado como cumplimiento de la promesa que Jesús les había hecho a Sus discípulos cuando les dijo que no los dejaría huérfanos, que rogaría al Padre para que este enviara otro Consolador, este poder viene a darte la capacidad sobrenatural de obrar como lo hacía Jesús, favoreciendo y bendiciendo a todos los que necesitaban ayuda.

El poder del Espíritu Santo te dará la valentía que tuvo David para enfrentar a Goliat y la misma que tuvo nuestro Mesías para ir a la cruz.

Debes renunciar como hijo de Dios a la intimidación para manifestar el reino de los cielos con valentía como lo hacía Jesús en medio de Sus perseguidores sabiendo que el Padre te respaldará cuando por la fe decidas echar fuera fuerzas malignas, poner las manos sobre los enfermos o predicar las Buenas Nuevas como lo hacía Jesús o el Apóstol Pablo el cual señala:

"...Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios" (1 Corintios 2:4).

De esta manera vemos un hijo de Dios manifestando el reino donde quiera que vaya, así que hoy te invito a tener confianza en tu Padre y a glorificar Su nombre llevando frutos para Él, sé valiente:

"...Y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación, y esto de Dios" (Filipenses 1:28).

No te dejes intimidar por los que se oponen para que hagas la voluntad de Dios, así como Jesús fue un hijo amado, obediente y valiente, tú también puedes, lleno del poder de Dios, cumplir el propósito que Él te ha asignado.

¡En nada intimidados, el poder de Dios está dentro de ti!