VENCIENDO, LA ORFANDADMuestra

LA GLORIA DEL PADRE

La palabra gloria tiene muchos significados como peso, que es la misma presencia de Dios manifestada, pero también esplendor, honor, poder, riqueza, distinguido, ilustre, insigne. etc. El Padre Celestial quiere glorificarse en tu vida tal como lo hizo con Jesús. Sin embargo, Dios no comparte Su gloria con nadie así que no podrás ser un huérfano que intenta robar la gloria de Dios sino un hijo amado que busca por medio de su vida glorificar al Padre.

En la parábola de la Vid verdadera vemos las palabras de Jesús:

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador” (Juan 15:1).

Para poder dar frutos que glorifiquen a nuestro Padre debemos no solo estar unidos a la Vid que es Jesús sino también al Labrador que es el Padre.

Así como recibe los nutrientes de la tierra la vid de la misma manera nosotros a través de Jesús recibiremos de la paternidad de Dios todo lo necesario para llevar fruto en Su nombre.

La Escritura deja ver que es necesario permanecer unido a la vid para poder glorificar al Padre y que esto nos permitirá llevar mucho fruto:

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).

La recompensa de permanecer en la vid es de riqueza incalculable:

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7).

Las peticiones de los que permanecen unidas a la vid se van haciendo cada vez más piadosas, están incluye favorecer a otros, Dios dice que si estamos unidos a Él tenemos la potestad de pedir cualquier cosa y Él la hará. En la paternidad de Dios no hay restricciones, Jesús decía que todas las cosas le habían sido entregadas por Su Padre y de la misma manera quiere hacerlo con todos Sus hijos.

“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:8).

¡Glorifica al Padre con una vida llena de frutos!