Te necesito, SeñorMuestra

No soy nadie

"Soy un perdedor, y no soy lo que parezco ser". Si el supertalentoso y superego John Lennon pudo cantar eso en 1964, ¿dónde nos deja eso al resto de los mortales comunes?

Nunca dejo de sorprenderme al escuchar comentarios dolorosamente autocríticos de personas a quienes admiro por su talento, logros y encanto. Satanás debe tener un día de campo trabajando en el auto-odio de las personas. Esa debilidad pecaminosa en todos nosotros debe ser el regalo para él que sigue dando. Aquí está el grito de dolor de corazón del superhéroe Rey David: "Tú sabes de mi afrenta, mi confusión y mi oprobio; ante ti están todos mis adversarios. Las burlas me han roto el corazón, y estoy acongojado. Esperaba compasión, y nadie me la tuvo; alguien que me consolara, y a nadie hallé" (Salmo 69:19-20).

Puedes planear en esos sentimientos bajos que te invaden a veces. Espéralos y prepárate para ellos. Aunque, no son reales. Vienen de las distorsiones de Satanás de la realidad de Dios. Provienen del temor por el pecado no confesado y oculto, así que arrepiéntete de nuevo y cree en el perdón gratuito y completo de Cristo. Estos vienen de personas inseguras que intentan ser más altas golpeándote. Ignóralos. Deja que las palabras de favor y aprobación de Dios sobre ti tengan la última palabra. Esos sentimientos bajos provienen de la vanidad personal y la ambición egoísta. Vive dentro de tus capacidades y talentos y disfruta en ayudar a otras personas a usar los suyos. Disfruta de los dones y logros de los demás.

Si hay súper talentos a tu alrededor, no te odies a ti mismo. Aplaude y anímalos.

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