Cuando no sabes qué orarMuestra
Cuando sientas ansiedad
Padre, vengo ante ti hoy con ansiedad en mi corazón. Los “¿Qué tal si…?", me abruman. A veces, esta intranquilidad me golpea de una manera que consume mis pensamientos y me paraliza para seguir adelante. Temo las oscuras incógnitas que tengo por delante. Pero, Padre, mi esperanza está en que tienes mi futuro en tus manos y nada puede frustrar tus propósitos para mí.
Padre, sé que tu deseo es darme paz. Sabes lo que en realidad me consume y domina mis pensamientos: las falsas creencias que me mantienen temeroso. Gracias por revelar esas áreas heridas, enfermizas y dañadas dentro de mí y por tu amor liberador que me da poder para vencer. Gracias por enseñarme la verdad por la cual puedo ser liberado.
Señor, reconozco que, en el fondo, lo que estoy enfrentando es una batalla de fe, y que gran parte de mi lucha se reduce a lo que creo acerca de ti. Del mismo modo, es posible que parte de mi ansiedad provenga de interacciones negativas con figuras de autoridad y experiencias tempranas en mi vida que han influenciado el modo en que te veo. Padre, quiero conocerte de verdad. Manifiéstate en mi vida a través de tu Palabra. Ayúdame a verte como mi seguridad perfecta, mi identidad y el objetivo más alto de mi vida. Sé que, si confío en ti, nunca seré decepcionado.
Por lo tanto, declaro que te creo porque eres más grande, más fuerte y más poderoso que cualquier problema que pueda enfrentar. Gracias por ser mi Padre, comprender mi situación y cuidar de mí lo suficiente como para ayudarme en cualquier circunstancia. Agradezco que esta situación me ayudará a conocerte mejor y que me guiarás de la mejor manera posible. Te entrego todas mis preocupaciones y confío en que ya me has dado la victoria por medio del Señor Jesús.
Padre, sé que has comenzado a sanarme. Gracias por amarme de manera incondicional, proveer para mí y liberarme de la esclavitud de la ansiedad. A través de la obra de tu Santo Espíritu, revela lo que está oculto, repara lo que se ha roto y conviérteme en todo lo que te propusiste que yo fuera cuando me formaste. Encomiendo mi vida a tu amoroso cuidado, sabiendo que nunca me has defraudado y que nunca lo harás. Gracias por darme la paz que sobrepasa todo entendimiento en todo lo que me concierne.
Oro en el nombre del Señor Jesús. Amén.
Acerca de este Plan
Dios nos anima a dejar a Su cuidado nuestros problemas y preguntas. Pero a muchos de nosotros nos cuesta expresar con palabras nuestras luchas más íntimas. En este plan de siete días, el Dr. Charles Stanley te ayuda a iniciar conversaciones con Dios acerca de tu ansiedad, enojo, heridas del pasado y esperanzas para el futuro, de maneras que profundizarán tu relación con Cristo y sanarán tu corazón.
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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://encontacto.org/