¿Milagros o Señales?

¿Cuándo fue la última vez que oraste para que una persona fuera sana? ¿Cuándo fue la última vez que oraste para que un espíritu inmundo fuera echado fuera?

En el Marcos 16, Jesús envía a sus discípulos a hacer distintos milagros: “En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Es interesante el uso de la palabra “señales”. Del griego σημεῖον, que significa “un signo, marca, señal por lo cual una persona o una cosa se distingue de otras y se conoce”. Somos enviados a anunciar las Buenas Nuevas a toda criatura, y estas señales creerán a los que creen. En ningún momento, debemos de buscar milagros por beneficios propio, sino debemos de pedirlos para que el nombre del Señor sea conocido y glorificado.

Esto lo vemos en la historia de Hechos 3. Pedro y Juan se acercan a un hombre que era cojo de nacimiento. Este al verlos, les pide dinero. Pero Pedro y Juan, le dan algo mejor: sanidad. Pero no te distraigas por la sanidad. El punto que debes aprender aquí es que los apóstoles no sanaron al cojo en su propio nombre, sino en el nombre de Jesús de Nazaret (v6). Esto más que un milagro, fue una señal. Una señal que desataría una gran transformación para la Gloria de Dios.

El cojo al poderse parar corrió y anunció lo que los apóstoles habían hechos. Esto desató que la gente en asombro se acercara (v. 11). Este fue el momento oportuno. Este era el momento que los discípulos estaban esperando. Este es el momento que tú debes de esperar. El milagro no concluye cuando la sanidad fue hecha, cuando el cautivo fue libre o cuando el dinero fue provisto. El milagro ocurre cuando la gente en asombro te pregunta: “¿Qué paso?”, y tú aprovechas para que ese milagro sea una señal para darle Gloria a Dios.

Los apóstoles aprovecharon la sorpresa de las persinas para guiarlos al arrepentimiento a lo cual ellos dijeron: La fe que es por Él (Jesús), ha dado a este está completa sanidad en presencia de todos vosotros… así que, arrepentíos y convertíos”.

Hoy te invito a que cada milagro, sanidad, provisión o liberación sea una señal que dirige a Jesús. Ten la valentía de orar y pedir en el nombre de Jesús, asegurándote que la motivación de tu corazón no sea egoísta, sino que sea la Gloria de Dios.

Pregunta para reflexionar:

1. ¿He testificado de Dios en cada milagro que he experimentado?

Oremos: Padre Celestial. Hoy te pido que me permitas cumplir la gran comisión en la cual seré testigo de señales y prodigios que llevarán a los demás a creer en ti. Dame valentía para pedir con fe y testificar que Jesucristo es el Hijo de Dios.