Fuerte Como Una MadreMuestra

Me gustaría gritar algo desde una azotea, aunque sea solo una vez. ¡La idea suena increíble! La verdad es que casi nadie en Estados Unidos lo hace en pleno siglo XXI, así que no estoy muy segura de que vaya a tener esa oportunidad algún día. El punto central del versículo de hoy es que debemos proclamar decididamente a Jesús con quienes nos rodean. Es hora de compartir todas esas cosas maravillosas que Cristo te ha dicho en lo secreto, en tranquilidad. El reto de este versículo para los primeros discípulos es el mismo que se nos presenta hoy: declarar la bondad de Jesús.

Tal vez no te subirás a la azotea para gritarlo, realmente no te lo recomiendo. Pero apuesto a que podrías ser verdaderamente audaz y llevar esa bondad a los lugares donde Dios te ha puesto. La fe que tenemos no es para guardarse en los momentos ocultos de nuestras mañanas o noches: ¡es para gritarla por las calles! Entonces, ya sea que estés hoy en un parque o una sala de juntas, asegúrate de declarar a Jesús.

Dios, gracias por cada palabra que me has dicho en privado. Gracias por la forma en que me amas y me cuidas. Quiero proclamarte con decisión a los demás. ¿Dónde puedo dar testimonio de Ti hoy? En el nombre de Jesús, amén.