Fuerte Como Una MadreEjemplo

¿Sabes qué me molesta? Cuando estoy hablando con alguien y solo tengo parte de su atención. Es muy frustrante y me siento menospreciada. ¡Pero es peor aun cuando me sorprendo haciendo eso mismo a otras personas! En este mundo lleno de notificaciones, es tan fácil permitir que nuestra atención se divida. Puede ser fácil transmitir ese sentimiento a Dios. ¿Alguna vez te has preguntado si Dios siquiera te escucha? ¡Sí! Un sí rotundo. Dios se deleita en tus oraciones y a diferencia de ti o de mí, Él no se distrae con la falsa urgencia de los correos electrónicos o los mensajes de texto. Cuando tú le hablas, tienes toda Su atención.

En el Salmo 18:6 dice: “... En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos”. Cuando leo este Salmo y el versículo de hoy en Nehemías, recuerdo que Dios escucha nuestras oraciones. E incluso mejor: que Él contesta esas oraciones. Cuando ores hoy, ora con la confianza de saber que tienes toda la atención del Cielo y que Dios responderá tus oraciones. ¿Cómo cambia esto tu vida de oración? Te pido que repitas esta oración conmigo:

¡Gracias, Señor, por escuchar mis oraciones! Sé que cuando yo oro, Tú me respondes. Hoy te pido _______________________. Tengo confianza en que me darás éxito. En el nombre de Jesús, amén.