Casados no CazadosMuestra

ROLES

Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo (1 Corintios 11:3).

Siempre con los matrimonios hablamos y hacemos la analogía que hombre y mujer somos como dos piezas de rompecabezas, ambas son distintas pero perfectamente encastrables entre sí, formando un todo.

Cada pieza de este rompecabezas cumple un rol para formar este todo del cual hablamos, cada una tiene un lugar específico dentro de esa imagen final para de esta forma lograr una armonía una vez finalizado, caso contrario si intentamos colocar piezas en lugares incorrectos la imagen final quedará distorsionada. Es más, seguramente habrá sobrantes que no sabremos bien para que utilizar.

Con los roles matrimoniales suele ocurrir igual, cuando estos se invierten, dejan de lado o son ejercidos por la parte incorrecta suele desembocar en problemas y cortocircuitos en el matrimonio.

Los roles del varón son los que hacen referencia al liderazgo, proveedor de su familia, protector y amante.

* Líder porque Dios lo determinó así en su Palabra, las Escrituras hablan que el varón debe ser cabeza.

Todos debemos someternos a autoridades superiores y estamos sujetos a un líder que está por encima de nosotros, ser líder implicará ser el que tome las decisiones, con tal responsabilidad que deberá estar respaldada por la palabra de Dios, la guía del Espíritu Santo y obviamente es deber del varón contar con su esposa como ayuda idónea.

* Proveedor, ya que debe ser el que trabaje y de el sustento en el hogar.

Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo (1 Timoteo 5:8).

* Protector, es decir cuidar y velar por la esposa, preservarla de todo ataque de terceros o situaciones que provoquen dolor para ella. Jesús amó a la Iglesia y se entregó así mismo por ella y de esta manera debemos hacerlo con nuestra esposa.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25).

* Amante, como decíamos con un amor que implique toda entrega, amarla de forma delicada ya que nuestra esposa debe recibir de nosotros honra como vaso frágil.

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7).

Amarla de forma contraria a lo que amaría el mundo, amarla estando dispuesto a dar todo por ella. La Palabra de Dios hace referencia y compara el amor de Cristo por su Iglesia. Es decir un amor que nada se guarda, un amor que implica todo sacrificio y entrega, un amor que no se prioriza a uno mismo sino el bienestar del otro.

La esposa tiene el rol de sujeción, ayuda idónea, amor y respeto a su marido.

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor (Efesios 5:22).

Todos estamos bajo algún tipo de autoridad y tenemos el ejemplo de Jesús, en Getsemaní, cuando Él dijo: Padre si es posible pasa de mí está copa pero no sea como yo quiero sino como tú. Jesús se sujetó a la voluntad de Dios, Él no se negó.

* Sujeción, ya que todos como hemos mencionado debemos someternos a una autoridad y el orden establecido por Dios es que el varón ejerza esa autoridad, sujeción no implica servilismo, ya que un correcto liderazgo de parte del varón jamás pretenderá tener en su esposa una sirvienta, sino una compañera que cumpla el rol de ayuda idónea de su esposo, carácter que Dios le dio a la mujer para que acompañe al varón. No significa esclavitud de la esposa hacia el esposo. Dios creó a Eva de la costilla de Adán para que camine a su lado, no del pelo para que esté sobre él ni del pie para que esté debajo de él.

* Amor: Demostrarle amor a su marido como está escrito ya que debemos amarnos los unos a los otros.

Dios en su Palabra dice de amar al prójimo como segundo mandamiento. Al hablar de amor al prójimo debemos tener en cuenta que nuestro primer prójimo es nuestra pareja.

* Respeto: honrándolo sin falta de respeto alguna, sin mofarse o burlarse por defectos que el varón pueda tener. Todos tenemos fallas, falencias y defectos, así y todo la esposa ocupando el rol que le corresponde siendo ayuda idónea de su marido bendecirá su matrimonio, su casa y su hogar.

Hoy día el mundo en el que vivimos incita, invita y seduce a la mujer a no sujetarse a su esposo, es algo que el enemigo se ha encargado y muy bien de llevar adelante, lamentablemente este tipo de pensamiento se ha filtrado en los matrimonios e inclusive en la Iglesia.

Los mismos problemas ocurren muchas veces dentro del matrimonio, no solo la falta de liderazgo del hombre o los liderazgos mal llevados por el hombre sino también la rebeldía a sujetarse por parte de la esposa hacia el esposo es algo que se ha tornado moneda corriente dentro de los matrimonios lamentablemente.

El hombre debe ejercer el rol de líder dentro de su matrimonio, la esposa es su ayuda idónea, hoy día hay mucha rebeldía con respecto a asumir estos conceptos, el mundo no se adecua al ningún tipo de doctrina bíblica pero debemos recordar algo, nosotros vivimos en el mundo pero no somos de este mundo.

EL CASO LOT Y SU FAMILIA

Cuando Lot se separó de Abraham estableció sus tiendas en la llanura en dirección de Sodoma. Lot no pensó ni un poco lo riesgoso de establecerse en una ciudad donde los hombres estaban pervertidos del más grande al más pequeño y eran pecadores en gran manera. La mala decisión como líder lo llevo a perder su familia ya que su esposa quedó atrás convertida en estatua de sal al huir de la ciudad en el juicio de parte de Dios y sus hijas lo embriagaron y terminaron quedando embarazadas de su propio padre, quizás acostumbradas a contemplar las conductas pecaminosas de esa ciudad donde la perversión era moneda corriente. El mal liderazgo de Lot se vio traducido en una corrupción de su familia de la cual descendieron los enemigos más acérrimos de Israel, los moabitas y los amonitas (Génesis 19).

EL CASO JOB

Job estaba siendo atacado en todos los frentes por Satanás, había perdido sus hijos, sus siervos, sus bienes y tenía una sarna maligna. Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete (Job 2:9)

La esposa de Job actuó de una manera en que ser la ayuda idónea de su esposo era algo que no lo ejercía muy bien. Quizás Job en medio de la angustia hubiese esperado otro tipo de consejo de parte de aquella que debiera ser su ayuda idónea, tal vez clamar juntos a Dios, consolarse los unos con los otros, pero no recibir semejante sugerencia ante tamaña adversidad que estaban viviendo. Podemos ver un contraste con la sabiduría que tuvo Abigail ante David que no solo salvó su vida sino también la de su marido.

APLICACIÓN EN NUESTRA VIDA

Dios nos diseño de manera distinta a hombre y a mujer pero ambos somos un complemento el uno del otro. Hemos mencionado que tenemos roles distintos que deben ser ejercidos con total responsabilidad y sabiduría del Señor.

Jesucristo cumplió lo que de Él estaba escrito. Estando en Getsemaní triste hasta la muerte asumió el rol de salvador que debía llevar a cabo para el perdón de nuestros pecados. Jesús no se negó, todo lo contrario, Él fue obediente hasta los últimos clavos en sus manos y sus pies.

Nosotros debemos seguir su ejemplo, cada uno de nosotros tiene un rol, si estos se superponen, se delegan o no se ejercen de la manera correcta pagaremos las consecuencias. Dios establece un orden, no lo establece la Iglesia ni los hombres. La resistencia a ejercer estos roles dará como resultado vivir una vida en conflicto dentro del matrimonio ya que ambos tenemos la responsabilidad de ser sabios, tomar decisiones que sean de bendición para nuestra familia y nuestro matrimonio. El varón debe ejercer el liderazgo siguiendo el ejemplo de Jesús que no vino para ser servido sino para servir. Un líder donde el amor es su principal característica siendo maestro y ejemplo a seguir hasta lavó los pies de sus discípulos. La esposa debe sujetarse a su esposo y ser su ayuda idónea como lo fue Abigail con Nabal. De esta manera el matrimonio vivirá como un equipo, con Cristo como roca fundamental de ese hogar.