Entendamos cómo administrar las finanzasMuestra

La obligación de pagar las deudas

Usted puede sentirse tentado a alejarse de lo que debe, pero eso no es bíblico. El Salmo 37.21 dice con mucha claridad: "El impío toma prestado, y no paga, mas el justo tiene misericordia, y da".

Tenemos la obligación de pagar nuestras deudas, y Dios nos ayudará a pagarlas si acudimos a Él y confiamos en que nos dará sabiduría. Cuando acudimos a Dios de esta manera, su Palabra promete que vendrá en nuestra ayuda y nos mostrará la mejor manera de salir de la esclavitud financiera. Ahora bien, Dios no promete un milagro para absolvernos de la deuda que se ha acumulado a causa de nuestro pecado o insensatez. Él nos ayudará a salir de la deuda en estos casos, pero no hace el milagro de eliminarla.

La verdad es que a menos que usted cambie los hábitos que lo endeudaron, lo más probable es que esté en el ciclo de entrar y salir de deudas por el resto de su vida. Así que, tome la decisión de estar resuelto a pagar sus deudas. No trate de escapar de ellas. No las ignore. Establezca una fecha límite para el pago de cada factura. Trabaje en eso de manera constante, consistente y paciente para lograr el pago total de lo que adeuda.

Dé gracias a Dios por su ayuda cuando pague cada factura. Haga del pago de sus deudas una oportunidad para alabarlo. No se queje de las facturas que le quedan pendientes por pagar, ni se critique a sí mismo ni a los demás por su endeudamiento. Revise sus gastos cada semana. Analice con detenimiento cómo se convirtió en víctima de la deuda y haga los cambios necesarios en su tarjeta de crédito, solicitud de préstamos y hábitos de gastos.

Una vez que esté libre de deudas, alabe a Dios por haberle ayudado a liberarse de la esclavitud financiera. Pídale su ayuda permanente para que pueda vivir libre de deudas por el resto de su vida. Confíe en Él para que le guíe y le ayude a medida que avanza en su recorrido hacia la paz financiera.

"Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley" (Romanos 13.7, 8).