Antiguo Pacto vs NuevoMuestra

El sueño de una nación

Recuerdo que cuando cursé cultura contemporánea en la universidad, uno de los principales conceptos a estudiar y el que más grabado me quedó, es el concepto de nación. Hay muchas opiniones sobre cuál sería la definición más apropiada, pero en lo que sí coincido, es que una nación se conforma por 3 puntos principales. Generalmente, comparten lenguaje, costumbres y memoria nacional. El lenguaje va más allá de una lengua, sino que hace referencia a todo el capital simbólico que tenemos, es decir, el significado que le damos a las cosas que nos rodean y como interpretamos la realidad. Las costumbres son aquellas cosas que nos caracterizan, como por ejemplo, la vestimenta, la música típica de un lugar y actividades tradicionales del mismo. En cambio, la memoria nacional, se construye a partir de la historia de un pueblo, generalmente, con los feriados nacionales, se conmemora fechas importantes de la historia del país. Estos atributos hacen a la identidad nacional, es decir, que yo me sienta argentina, más allá del territorio donde esté ubicada. De esta misma manera, Dios construyó la nación de Israel.

La idea de Dios al pensar en su propia nación, es una nación santa, porque Él es Santo, diferente de todas las demás naciones, con la finalidad de poder habitar en medio de ella. Por eso Dios comenzó todo con Adán y Eva, ellos serían los sacerdotes que representarían a Dios en la tierra y lo glorificarían y con los que comenzaría su nación. Pero después de la caída del hombre, la gran cuestión era,¿cómo lograr esto?

Desde la creación del hombre en el jardín del Edén, pasando por la promesa de Dios a Abraham, que de él haría una gran nación, luego por la historia del éxodo del pueblo de Israel en el desierto, hasta hoy por el Espíritu Santo, podemos observar como Dios anhela habitar en medio de su pueblo.

Para introducir este pequeño estudio, la finalidad del Antiguo Pacto, como la del Nuevo Pacto, es estar en comunión con Dios, en alianza con Él. Estos pactos conllevan un paquete de promesas que involucran un territorio, primero fue uno terrenal y luego uno celestial, donde la historia culmina en ¨El cielo en la tierra¨. Pero los términos y condiciones son un poco diferentes en cada uno, pero la finalidad siempre va a ser estar en comunión con Dios y la demanda de Dios a su pueblo, siempre es OBEDIENCIA. Necesitamos tener en cuenta que Dios es Santo y no podíamos acercarnos a Él, por eso la finalidad de todo, es estar cerca de Él, que fue lo que Jesús hizo por nosotros. Acercarnos al Padre, no se trata de nosotros, de lo que tenemos permiso o no de hacer, sino de estar en comunión.

La pregunta que podríamos hacernos ahora, es la misma que Dios le hizo a Adán en el jardín, ¿dónde estás?

¿Nos estamos escondiendo de Dios o estamos caminando juntos? ¿Es Dios el centro de mi vida? Jesús quiere habitar en tu corazón.

Oración: Amado Dios, gracias por haberme escogido, por permitirme ser parte de tu pueblo. Enséñame a habitar en tu presencia en cada momento de mi vida, a deleitarme en ella y guardar tus mandamientos, porque ellos me bendicen. En el nombre de Jesús, amén.