Antiguo Pacto vs NuevoMuestra

Linaje Escogido

Después de la caída del hombre, la primera persona que logra acercarse a Dios es Abel, quien fue asesinado por su hermano Caín. Adán y Eva, al ver que había una forma de volver a acercarse a Dios. Creo que de alguna manera, ellos también lo lograron, ya que luego tuvieron a su hijo Set, del cual desciende la familia de Noé, con quien Dios hace el pacto de renovar la tierra, aunque sus descendientes no siguieron a Dios hasta la generación de Abraham, que él sí seguía al Señor. Y con él hizo Dios el pacto de formar una nación y que luego en él serían benditas todas las naciones de la tierra, este pacto fue continuado por Isaac y Jacob. Por eso, en el Antiguo Testamento, varias veces Dios se presenta como el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob. Lo que me conmueve de que Dios se presente como el Dios de sus antepasados, es que Él no se avergüenza de llamarse el Dios de Jacob, porque Él vio a un Jacob transformado.

Hoy, por la fe, somos descendientes de Abraham, por eso, en la promesa a Abraham dice ‘’en ti serán benditas todas las naciones de la tierra", somos una estrella más de su cielo y parte de su linaje. Esto también es prueba de que el Señor pensó la salvación para judíos y no judíos, es decir, para todo el mundo.

A lo largo de la historia, han surgido debates acerca de quiénes componen el pueblo de Dios, ¿Dios los elige? ¿O nosotros elegimos? La realidad es que como dije antes, la redención fue diseñada por Dios para toda la humanidad, el infierno nunca fue pensado para el hombre, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, buenos y malos, cada vida en el planeta es parte de un plan divino. Jesús llama, pero no todos abren la puerta, aquellos que atiendan a su llamado, que tomen su cruz y lo sigan confiando en su sabiduría y su idea del bien y el mal, serán los escogidos a ser parte de su nación.

Quizás hoy es el día en que debamos reflexionar en esta redención, en lo que Jesús hizo por nosotros. Y decidir para quién quiero vivir, ¿para mí mismo o para Jesús? ¿Voy a seguir mis propios planes o voy a seguir el llamado? ¿A quién o qué voy a amar más? Dios no se avergüenza de llamarse tu Dios, porque Él te ve a través de su hijo, Él es suficiente para nosotros, Jesucristo basta para vivir una vida transformada y bendecida, sin temor a la muerte.

Oración: Amado Dios, gracias por haberme redimido, por tu gracia y por tu amor. Ayúdame a experimentar cada día más de tu amor en mi vida y así aprender a amarte más y amar lo que tú amas. En el nombre de Jesús, amén.