Una pausa en tu vida AntologíaMuestra

De aquí no me muevo

La Compañía de bienes raíces Chong quing Zhengsheng, en China, quiso construir un mega parque turístico con la sideral cifra de 77 millones de dólares de inversión. Todo marchaba bien hasta que se toparon con el dueño de una humilde casa en el centro del predio y este no quiso desalojar su propiedad ni venderla. Por más que le rogaron, aumentaron la oferta

y hasta le extorsionaron, aquel hombre no claudicó y dijo: “Yo de aquí no me muevo”. La solución fue cavar alrededor de su casa para construir el parque, por lo que la casita quedó elevada varios metros sobre el nivel de suelo como una montaña artificial con su obstinado ocupante dentro. De alguna manera, se ve como un anecdótico atractivo turístico más del lugar.

Es loable tener la convicción y valor necesarios para decir: “De aquí no me muevo” si la situación lo amerita. En Judas versículo tres, se ordena a contender ardientemente por la fe dada una vez a los santos, refiriéndose a la actitud enérgica que hoy escasea el defender la sana enseñanza de la Biblia. También dice Proverbios 23:23, “Compra la verdad y no la vendas”. No descanses hasta no estar seguro de que estás en la verdad. No hagas como Pilato (Juan 18:38). No estoy a favor de los obstinados y testarudos. No es bueno creerse sabio en la propia opinión, (Proverbios 3:7). Más bien debemos cultivar una actitud dispuesta a escuchar opciones, pero hay cosas que son “no negociables”. Nunca negocies tus convicciones, no canjees tus principios morales, no traiciones una buena amistad, no ofrezcas tu cuerpo por conveniencia.

La historia bíblica describe a varios hombres de convicción que actuaron con determinación en las cosas no negociables como el caso de Noé, Sama, Nabot, Rizpa, y otros. Jesús también recibió la oferta, “Si eres hijo de Dios baja de la cruz”, pero respondió: “No. Yo de aquí no me muevo”. Lo hizo por amor a ti y a mí. Sólo en una correcta relación con Él podrás priorizar tus valores y saber cuándo decir “de aquí no me muevo”.

Opinión es lo que tú sostienes, convicción es lo que te sostiene a ti.