Hasta que las Palabras nos SeparenMuestra

Aunque incomode, elige la verdad

Cuando salió el estreno de la película Godzilla y Kong, mi hijo quería ir a verla.
Vimos en el sitio web del teatro que la edad recomendada para la película era 7 años en adelante.
Le dije que, aunque él tenía 6 años podía entrar al cine. Me miró asombrado y me dijo: -“¿Mamá, eso no es mentir? ¿Qué pensaría Jesús de esto?".

Esas palabras me impactaron. Que diferentes serían nuestros matrimonios si antes de hacer algo nos hiciéramos la pregunta: “¿Qué pensaría Jesús de esto?”. “¿Qué pensaría Jesús si digo que voy a casa de mis padres y me voy para otro lado?”, “¿Qué pensaría Jesús si niego que me gasté parte del dinero que hemos ahorrado para la casa?”.

La relación que te transforma

Nuestras palabras cambian de forma radical cuando el filtro para ellas es el temor a Dios. No un temor que se refiere a miedo, sino a respeto. Incluso más que respeto, es amor. Tú no quieres entristecer el corazón de Jesús diciendo mentiras.

Por eso es tan importante que un matrimonio esté cimentado en Dios. Cuando esposo y esposa pasan tiempo a solas cada día hablando con Jesús, es inevitable que sus vidas cambien. En 2 Corintios 3:18 TLA lo dice de una manera brillante: «Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida». La integridad es una cualidad de alguien que ha pasado suficiente tiempo con él.

Elige decir siempre la verdad. Aunque una mentira o una verdad a medias pueden ser el escape temporal a un problema, con el tiempo debilitará las bases del matrimonio.

La confianza se gana a plazos, pero se pierde a contado. Una vez que eres descubierto en una mentira todas tus verdades serán cuestionables.

Sé honesto. Es la mejor inversión a largo plazo para tu matrimonio.

Oración:

Dios crea en mí un corazón puro. Que la mentira nunca sea una opción para escapar de la responsabilidad. Ayúdame a decir la verdad siempre.