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Hasta que las Palabras nos SeparenMuestra

Hasta que las Palabras nos Separen

DÍA 5 DE 6

Un bocado suave con final amargo

No te sientes en la mesa donde hablan mal de otros, porque cuando te levantes, tú serás el tema de conversación.

Somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Por eso, sé selectivo con quienes te rodean. Se necesita carácter para detener a alguien con información que no te corresponde escuchar. Y se requiere integridad para guardar los secretos de alguien que te confió algo importante.

El chisme no solo destruye amistades y divide familias. El chisme puede acabar con el matrimonio cuando no cuidamos la reputación de nuestra pareja. Es un hábito que no tiene lugar en un corazón moldeado por Dios.

A veces, cuando la relación se pone difícil, queremos que nuestros padres o amigos ayuden a resolver la situación. El problema es que ellos no son imparciales. Es probable que se inclinen a tu favor y siembren discordia entre tú y tu cónyuge.

Revelar secretos, defectos o temas confidenciales a personas externas puede minar la confianza de nuestra pareja y dañar su imagen.

Cuando hay problemas en el matrimonio, lo ideal es tratarlos con un terapeuta o una persona sabia que haya demostrado integridad. Dicen que el chisme muere cuando llega a oídos de una persona inteligente.

Con razón David oraba en el Salmo 141:3: «Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios».

Cambia el chisme por oración

Nadie es perfecto. Siempre habrá detalles que no nos gustan de nuestra pareja: Deja la crema dental abierta, no tiende la cama, no asiste a las reuniones familiares. Hay cosas que no afectan la dignidad y con las que se puede convivir. Tu cónyuge no necesita a alguien que esté señalando con otros sus errores. Si algo no te gusta, ora y luego trátalo en privado con tu pareja. No lo difundas.

En octubre de 2012, subí una frase a mi cuenta de Instagram que me marcó profundamente: “No hablaré mal de nadie y hablaré todo el bien que sepa de cada persona" (Benjamin Franklin).

Adaptada al matrimonio es una frase magistral: “No hablaré mal de mi pareja y hablaré TODO EL BIEN que sepa de mi pareja”.

Oración:

Dios, hazme una persona confiable. Que lo que hable de mi pareja cuando no está presente, sea algo de lo que ella se sienta orgullosa.

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