Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Información del Plan

Hasta que las Palabras nos SeparenMuestra

Hasta que las Palabras nos Separen

DÍA 3 DE 6

Sazona tus palabras con sal

Si cada palabra mal dicha causara un rasguño al corazón de tu pareja ¿Cómo estaría su corazón? ¿Sería un corazón sano? ¿O lleno de heridas y cicatrices?

¿Qué palabras se escuchan con frecuencia en tu casa? Quieras o no, esas palabras están creando la realidad de tu matrimonio.

Puedo decirte con certeza que no hay relación que resista la prueba del tiempo si no cuidamos lo que sale de nuestra boca.
Las burlas sin intención, los insultos con rabia, los apodos y los gritos despectivos son como moho que va creciendo en las paredes de tu casa. Poco a poco el olor a humedad te afecta la respiración, no puedes dormir a causa de las alergias. El ambiente se ve triste debido a las manchas. Te da pereza llegar a casa. Prefieres hacer otros planes porque el hogar se vuelve asfixiante.

Si quieres que tu matrimonio cambie, debes empezar por cambiar tus palabras.

A veces la confianza y la rutina hace que perdamos de vista algo que es prioridad en la relación: el respeto. Nuestras relaciones serían radicalmente diferentes si le habláramos a nuestra pareja con la cortesía que le hablamos a las personas de afuera.

En Colosenses 4:6 dice: «Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno».

Imagínate echándole un poco de sal a tus palabras. En vez de decirle a tu pareja: “Tú eres perezoso, nunca me ayudas”, le dices: “Yo me sentiría feliz si sacas la basura.” No atacas su personalidad. Hablas de tus sentimientos y le das una guía de lo que quieres.

Nadie actúa de buena gana bajo palabras amenazadoras. En cambio, las palabras con gracia crean cambios y producen resultados. Los seres humanos estamos sedientos de aprecio.

El silencio es bello a veces

¿Quién no se ha arrepentido al hablar en un momento de ira? Ojalá la vida tuviera Ctrl+Z para deshacer acciones recientes.

Sentir enojo es inevitable, el problema es lo que decimos cuando la ira nubla nuestro razonamiento.

En esos momentos clama por la presencia del Espíritu Santo y:

  • Quédate en silencio cuando sepas que tus palabras herirán a tu pareja, cuando sientas ira y no te puedas controlar.
  • Guarda silencio cuando no sea un lugar correcto para hablar y cuando estés inundado de pensamientos negativos.
  • Permanece callado si sientes que tus palabras pueden dañar tu relación e insultar el carácter de tu pareja.
  • Haz silencio si no puedes transmitir tu punto de vista sin gritar.

El Rey Salomón lo dejó claro en Proverbios 17:28: «Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido».

Collar de verdad y amor
Guardar silencio no significa dejar la confrontación a un lado. Significa hablar en el momento indicado. Cuando uno de los dos tiene un problema en cuestión y por miedo a incomodar, se lo guarda. Sin querer está sembrando semillas de amargura.

No te guardes nada que creas que sea importante hablar, pero hazlo como si se lo estuvieras diciendo a una persona que honras, admiras y valoras.

Proverbios 3:3 nos da una pauta relevante: «No abandones nunca el amor y la verdad; llévalos contigo como un collar».
Si tú al hablar con tu pareja le dices la verdad sin amor, es probable que la hieras. Y si hablas con amor, pero sin verdad, la complacerás, pero no habrá cambios y estarás frustrado. Por eso es tan importante expresar lo que sientes, pero con las palabras y el tono adecuado.

No es lo que dices, sino cómo lo dices.

Que a partir de hoy lo que salga de tu boca sea para reparar, para motivar, que los gritos que se escuchen sean de risas, y que cuando alces tu voz sea para elogiar a tu pareja delante de otros.

Oración:

Dios, que mis palabras sean un abrazo que envuelva a todo el que viva en casa.

Día 2Día 4

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad