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Caminantes Del Único CaminoMuestra

Caminantes Del Único Camino

DÍA 1 DE 5

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Hay muchas personas que quieren escalar montañas de gran altura y emprenden el proyecto con mucha energía y determinación. Al comienzo de su ascenso, la cúspide es la meta y miran hacia ella convencidos de que podrán conquistarla. Pero, como es de suponer, la dificultad, el clima, el cansancio van deteriorando las ganas de llegar y cada vez es más fuerte el deseo de iniciar el descenso y regresar.

Existen diferentes niveles de gradación para escalar una montaña. Estos son: fácil, poco difícil, algo difícil, difícil, muy difícil. Dependiendo de la fortaleza y la resistencia, los escaladores se detendrán o continuarán. Estos últimos encararán mayores dificultades, pero tendrán la gran satisfacción de haber alcanzado la cima y se sentirán victoriosos y vencedores, a pesar de todos los momentos difíciles que habrán experimentado.

¿No es así en la vida cristiana? Hay muchos que comienzan a andar en el Camino, pero como dijo Jesús al narrar la parábola del sembrador: “Al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza" (Mt. 13:21). Estos son los que no siguen, los que se detienen, los que siempre encuentran una buena excusa para volver atrás.

Acerca de ello dijo Jesús: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios" (Lc. 9:62). Por tanto, seguir, perseverar y permanecer en Cristo debe ser nuestra mayor meta. La fortaleza, el valor, la tenacidad que necesitamos para continuar en el Camino, nos son dadas por el Espíritu Santo de Dios.

No hemos sido dejados a nuestra suerte a ver si somos capaces de continuar. Si así fuera, ninguno de nosotros lo lograría. Todo comienza con la certeza de que somos de Cristo y de que Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. No estamos solos, Él nos ha dado su Espíritu Santo para que nos guíe, nos ayude y nos enseñe. Es el Espíritu Santo quien nos ayuda en nuestra debilidad y el que fortalece todo nuestro ser para que sigamos escalando, puestos los ojos en Jesús.

El apóstol Pablo tenía esto muy claro en su vida, por eso pudo decir: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Fil. 3:13-14).

Si estás cansado/a del camino, si sientes que has perdido fuerzas, si piensas que no vale la pena seguir, detente y alza tus ojos al cielo. Clama por nuevas fuerzas al que te las puede dar, deja que las aguas de su amor vuelvan a saciarte y refresquen la sequedad de tu alma. Seguir es la consigna, no mires atrás, no te detengas.

Permanece en la vid, deja que el Buen Pastor te infunda aliento y anímate a seguir. “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar" (Heb. 12:1-3).

Día 2

Acerca de este Plan

Caminantes Del Único Camino

Somos viajeros, andamos en el camino de la verdad y la justicia, somos seguidores de Jesús. Nos movemos hacia adelante con nuestros ojos puestos en Él. No faltarán las intenciones del maligno para que nos detengamos o, mucho peor, para que nos volvamos atrás. En este plan dejaremos que la Palabra de Dios nos aliente y reavive en nosotros el deseo de continuar de la mano del Señor.

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage