Un Hombre Con Una Misión: Un Viaje De 5 Días Con Jesús en Marcos 5–7Muestra
Jesús bendice a una mujer extranjera
Jesús se está acercando al fin de su viaje por Galilea y, tal como hizo al inicio (Marcos 5:1), hace un “desvío” inesperado, saliendo del territorio mayormente judío para entrar en una región con más gentiles. Va al norte, entrando en Tiro, y acepta hospedaje en la casa de una persona anónima, probablemente en la compañía de sus discípulos. A pesar del intento de mantener secreta su presencia, Jesús se encuentra inmediatamente con una petición por su ayuda de una madre desesperada, una petición que lanza una de las conversaciones misionales más interesantes de los Evangelios.
En este encuentro caracterizado por “otredad”, Jesús demuestra dos actitudes misionales clave. Primera: EXPONE EL PREJUICIO que reside en su propia comunidad. Esta mujer que ruega a Jesús que eche un espíritu maligno de su hija, es claramente identificada como una gentil (una persona no-judía), una extranjera nacida en Siro-Fenicia. Fue un acto audaz de parte de ella—una mujer y una extranjera—acercarse a un maestro judío muy respetado y buscado para pedirle un favor. La respuesta inicial de Jesús a su petición suena cruel, probablemente porque él está citando la sabiduría convencional judía acerca de los extranjeros: “Primero debo alimentar a los hijos—mi familia, los judíos. No es justo quitarles comida a los hijos y arrojarla a los perros” (v. 27). Probablemente esto es exactamente lo que estaban pensando los discípulos de Jesús y su anfitrión al oír la solicitud de la mujer—por eso Jesús lo pone en la mesa en toda su dureza fea. La misión de Jesús no tiene espacio para prejuicios ocultos que menosprecian y rechazan a los de afuera.
La mujer no se detiene al oír las palabras de Jesús. Ella le responde con un genio ágil y audaz: “Cierto, Señor, pero hasta a los perros que esperan debajo de la mesa se les permite comer las migajas que sobran del plato de los hijos” (v. 28). ¡Puedo imaginar a Jesús respondiendo con una risa a carcajadas, RECIBIENDO con gozo y DELEITÁNDOSE en este diálogo con una persona “otra y de afuera”! “¡Buena respuesta!”, él exclama (v. 29). Jesús admira la percepción correcta que esta mujer tiene de la naturaleza generosa y expansiva de la misión de Dios en el mundo, y él responde a su petición con sanidad y liberación para su hija.
Jesús sale de Tiro para Sidón tan pronto como le ha concedido su petición. Como en el caso del demoniaco de Gerasa al inicio de sus viajes (Marcos 5:1), el encuentro con esta mujer extranjera parece haber sido la razón principal por la estadía de Jesús en Tiro. Tal vez esta mujer había escuchado de Jesús de ese otro “extraño” que se convirtió en seguidor, mientras él viajaba por la región declarando lo que Dios había hecho por él. Y tal vez el testimonio de esta mujer y su hija restaurada es parte de lo que trae a cuatro mil personas a encontrarse con Jesús en la última parada “extranjera” de su tour de Galilea. Los discípulos silenciosos que acompañan a Jesús en este viaje son invitados a exponer los prejuicios que acechan en sus corazones y a recibir y deleitarse en la apertura al evangelio que se presenta en personas y lugares inesperados.
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Acerca de este Plan
En Marcos 5–7, vemos a Jesús y los discípulos haciendo un “zig-zag”, cruzando varias veces el Lago de Galilea, de un lado para otro. Los discípulos debían haberse sentido un poco desorientados a veces con todo ese movimiento, pero Jesús está claramente en control de su itinerario. Parece estar en una misión muy intencional en estos capítulos, y ninguno de sus encuentros con las personas es por casualidad o no anticipado. ¡Está atento a la invitación a participar con Jesús en un viaje misional que cruza fronteras!
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Nos gustaría agradecer a One Mission Society por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://onemissionsociety.org/